COMUNICACIÓN FEB

Pau se ha llevado las portadas y los minutos de televisión, pero el de Sant Boi sabe que su palmarés en la Selección es grande gracias a jugadores como Felipe Reyes. Sus trayectorias con la camiseta nacional han sido muy similares, y ambos siguen manteniéndose los primeros en el ranking de medallas, con un total de nueve, una más que Juan Carlos Navarro y Carlos Jiménez.

La primera vez que subieron a un podio fue en el Europeo de Varna del 1998; al que siguió el histórico oro de Lisboa 1999. Luego, mientras que dos de sus “hermanos” de generación (Navarro y Raúl) acudían a los Juegos de Sidney, Felipe y Pau ampliaban su palmarés con un bronce en el Europeo U20 de Ohrid.

Al verano siguiente les llegó ya la gran oportunidad. Los dos debutaron de la mano de Javier Imbroda. Pau en un España-Grecia en el Pabellón Bahía Sur de San Fernando. Felipe dos días después en un España-Israel en Algeciras. Era el 17 de agosto de 2001 y el cordobés compartía por primera vez la camiseta roja con su hermano Alfonso.

A partir de ahí llegaron 168 más. Y este jueves, en Kaunas, el pívot del Real Madrid cumplirá su partido internacional 170. Si todo va bien, en el Europeo superará a Rafa Rullán, a Jorge Garbajosa y a Carlos Jiménez para colarse en el top ten de jugadores históricos. Porque desde ese 2001 Felipe no se ha perdido ninguna cita con la Selección. Ha estado en los grandes éxitos del baloncesto español, en ese oro de Saitama donde todos (y mucho más él) tuvieron que ser Pau en la final ante Grecia; en Pekín, donde dio un recital de juego y pundonor en la final más mágica de unos Juegos Olímpicos; y en Katowice donde por fin consiguieron ese título que se les había resistido.

Parte de la culpa de los éxitos de la generación del 80 y del baloncesto español en la última década la tiene Felipe Reyes, la imagen de compromiso de esta Selección.