INICIACIÓN
· FORMACIÓN · ALTO RENDIMIENTO · DIRECCIÓN

La comunicación y los modelos de interacción entrenador - jugador en la formación de los entrenadores de baloncesto

Fernando Sánchez Bañuelos


Podemos Definir la comunicación como "el intercambio de significados entre las personas", esta será posible en la medida en que los individuos poseen en común unos conocimientos, unos deseos y unas actitudes. Mediante la comunicación que se establece en todo proceso que conlleve una intervención sobre el aprendizaje, del jugador, adquiere una información que antes no tenía. Esta información referida concretamente a la enseñanza y el entrenamiento deportivo, que es lo que aquí nos ocupa, tiene una multiplicidad de funciones, que en términos muy generales están en relación con la transmisión de mensajes relativos a los conocimientos, instrucciones y consignas, etc. a través de los cuales se va materializa la labor del entrenador.

En la competición deportiva la consecución del rendimiento deseado por parte del jugador es a la vez una necesidad y un objetivo claro. El rendimiento deportivo, por otra parte, depende de un complejo multifactorial de variables. El entrenador de Baloncesto tiene que estar consciente que, aunque no siempre lo perciba, la comunicación que establece con el jugador rebasa con mucho la pura dimensión técnica-táctica, y que lleva consigo también un dimensiones de carácter Psicopedagógico y humana. Para simplificar vamos a intentar expresar en el siguiente cuadro las principales dimensiones que existen en la comunicación entre el entrenador y el grupo deportivo - jugador, en función del desarrollo y la optimización de los factores que influyen en el rendimiento deportivo:

CONCEPTOS
- Esquemas cognitivos específicos en relación con la lógica interna del Baloncesto.
- Conocimientos asociados a los fundamentos y factores que influyen en el rendimiento.

PROCEDIMIENTOS (CAPACIDAD OPERATIVA)
- Habilidad motriz específica.
- Capacidad física específica.

ACTITUDES
- Actitudes específicamente relacionadas con la consecución del rendimiento
- Actitudes y motivaciones propias de la actividad deportivo competitiva.
- Comportamientos generales de vida y de relación adecuados a los fines de la alta
competición deportiva.

El entrenador de Baloncesto, en función de las necesidades reales del jugador, se comunicará con éste a través de mensajes que encierren un significado de acuerdo con los objetivos de entrenamiento implícitos (entrenamiento eficiente), de otro modo (entrenamiento ineficiente) la buena comunicación entrenador- jugador se deteriorará.

Por tanto, habrá que dejar establecido, que el significado de los mensajes que se produzcan a través del desarrollo de la preparación deportiva deben estar en relación íntima con el objetivo que se pretende. En nuestro caso concreto, con el desarrollo del rendimiento deportivo. Esto respecto al tema de la comunicación se puede concretar diciendo que el objetivo general que guía al entrenador al emitir sus mensajes, es proporcionar al jugador, una serie de pautas adecuadas, a partir de las cuales éste pueda elaborar esquemas de acción con máximas posibilidades de éxito, así como desarrollar al máximo sus capacidades.

Para poder comprender de una forma práctica la tremenda incidencia que tienen los aspectos generales de la comunicación en el proceso de entrenamiento, el sistema universal de comunicación descrito por Shannon (1959), que describe y analiza los aspectos básicos de la comunicación, constituye un instrumento de análisis valioso, que puede servirnos para arrojar mucha luz sobre una serie de aspectos de la relación básica de comunicación entrenador - jugador. Este sistema que presentamos esquematizado, tiene la virtud de poder servirnos de representación de cualquier situación en la que se produzca una comunicación, mediante unos pocos elementos básicos, lo que va a facilitar la comprensión del proceso en sus fases más importantes:


Los componentes del sistema de Shannon según se puede observar en el esquema anterior son los siguientes:

    1. Una fuente de información que contiene "almacenado" el mensaje a transmitir.
    2. Un mecanismo transmisor.
    3. Un canal de comunicación.
    4. Un mecanismo receptor.
    5. Un destinatario del mensaje que puede registrar "almacenar" la información recibida.

Tomando como base dicho sistema, se puede una analogía con el proceso de entrenamiento en lo que se refiere a la interacción directa entrenador -jugador. Cuando la fuente de información y el destinatario son seres humanos, los mecanismos de transmisión y de recepción estarán en función del soporte biológico de que disponemos para estos fines y en consecuencia de los órganos que cumplen las correspondientes funciones.

La posibilidad de que disponemos de transmitir una información previamente adquirida, radica en una serie de capacidades funcionales del individuo. Estas capacidades eficientemente utilizadas dan lugar a una adecuada comunicación. El arte y la ciencia de saber comunicarse es algo que el entrenador tiene que llegar a dominar. Sólo así podrá salvar la diferencia que existe en el que "sabe lo que quiere lograr" y el que, además "sabe hacer llegar los mensajes para lograr lo que quiere". Si consideramos, en principio, al entrenador como "fuente de información" veremos que el punto de arranque que va a posibilitar la comunicación es "el conocimiento relativo a lo que pretende", es decir, el estar en posesión por parte del entrenador de la información necesaria sobre los aspectos a desarrollar en la preparación del jugador.

Es evidente que nadie puede transmitir una información que no posee, para el entrenador el "almacén" donde está ubicada la información en el momento de iniciarse en proceso de la comunicación es su memoria. El mero hecho de estar en posesión de la información correcta no garantiza por sí sólo que la comunicación vaya a ser correcta, pero si constituye la condición inicial necesaria, es decir saber el "qué comunicar".

A partir de aquí van a entrar en juego otra serie de factores determinantes de la calidad de la comunicación en el entrenamiento, los cuales están en relación, no ya con el hecho de saber en sí lo que queremos comunicar, sino con en estar en posesión de los necesarios recursos de la comunicación para resolver el problema del "cómo comunicar". A este conjunto de factores vamos a agruparlos bajo el calificativo común de didácticos. Podemos, en principio, distinguir dos grandes factores en la comunicación relativa a la enseñanza:

    1. El factor conocimiento, qué comunicar.
    2. El factor didáctico, cómo comunicar.

Dando por supuesto a nuestros efectos el factor conocimiento, vamos a adentrarnos en un análisis del factor didáctico, respecto a la comunicación en el entrenamiento. Para poder proceder a la elaboración de los mensajes que componen la interacción entrenador - jugador en el proceso de entrenamiento, de una manera adecuada, el entrenador tendrá que tener sus conocimientos organizados de acuerdo a una estructura ordenada y sistemática en relación con los aspectos que intervienen en la adecuada preparación del jugador.

A partir de dicha estructuración didáctica de la materia, el entrenador podrá seleccionar en un momento determinado cuál es el contenido de información que resulta procedente transmitir en cada mensaje, sobre la base de un buen conocimiento de los factores y aspectos que intervienen en el entrenamiento. Dentro del factor didáctico, Hay que tener en cuenta dos aspectos bien diferenciados.

    1. Estructura didáctica de los aspectos a trabajar.
    2. Selección de la información de acuerdo con esa estructura, y las características del jugador.

La capacidad de expresión constituye, sin duda, otro factor claramente relacionado con el factor didáctico. Este elemento configura el aspecto material del mensaje, el significado y la expresión, definen al mensaje. Para que se produzca una buena comunicación debe existir entre ambos aspectos, una estrecha correspondencia. De otra forma, el "saber" del entrenador de Baloncesto resultará inescrutable para el jugador si no está bien expresado, buen fondo, mala forma, o aunque la expresión sea buena resultará vacío de contenido si carece de significado para su receptor, fondo inadecuado, buena forma. Todo esto se puede resumir en el siguiente mapa conceptual.

Así como, en principio, hemos considerado al entrenador como fuente de información vamos a considerar, consecuentemente, al jugador, también en principio, como destinatario. La información sensorial que recibe el jugador deberá ser adecuadamente codificada a través del proceso sensación - percepción para su posterior utilización. Es decir, una serie de estímulos van a ser organizados en conjuntos, los cuales adquieren un significado para el receptor del mensaje. Por ejemplo, un conjunto de sonidos es percibido como palabras que pueden tener significado para aquel que la escucha. Aquello que percibimos cobrará un sentido operativo si lo comprendemos, sí somos capaces de darle una "interpretación" correcta.

Por último, como la utilidad del mensaje va a radicar en su posterior utilización, tendremos que ser capaces de retenerla para poder después recordarla y usar la información que contiene. En este sentido es absolutamente preciso tener en cuenta, que la operatividad del mensaje de un entrenador no depende de la cantidad de información que podemos suministrar en un tiempo dado, sino de la cantidad de información que puede ser retenida por el jugador en dicho tiempo.

Los diferentes pasos que este proceso lleva consigo, desde el punto de vista del entrenador y del jugador pueden resumirse según el mapa conceptual que se presenta a continuación.

De acuerdo con lo expuesto, para una mejor comprensión de los aspectos de la comunicación que más afectan a la problemática del entrenamiento, a continuación se va a proporcionar una estructura de análisis, según la cual se pueden distinguir tres niveles dentro de la problemática de la comunicación:

    1. El problema técnico: con qué precisión puede ser transmitida la información deseada.
    2. El problema del significado: con qué precisión el mensaje transmitido es portador del significado deseado.
    3. El problema de la eficiencia: con qué efectividad el mensaje recibido afecta la conducta en la forma deseada.

El problema técnico en la comunicación

Nuestra capacidad sensorial se sitúa en un espectro limitado, dentro de la multitud de impulsos energéticos que incesantemente inciden sobre el organismo, procedentes de todas las direcciones del entorno. El espectro de la luz visible, nuestra ventana al mundo, no es, sino, una pequeña franja entre todas las ondas de energía que nuestros instrumentos nos indican que existen en el exterior. Asimismo, entre las ondas sonoras, nuestros oídos sólo pueden captar una fracción.

Sobre la percepción de otro tipo de estímulos, como presión, temperatura, etc., nuestra capacidad se encuentra aún más limitada pues la información que podemos adquirir hace referencia a un entorno próximo con un confinamiento mayor que el de la visión o el oído. Nuestra capacidad de comunicación se encuentra mediatizada por estas circunstancias, a efectos prácticos los canales de comunicación de que disponemos para el entrenamiento son fundamentalmente:

    1. Visual.
    2. Auditivo.
    3. Kinestésico- Táctil.

A diferencia de otras situaciones de aprendizajes en las cuales una asimilación y retención de conceptos expuesto de forma verbal es lo esencial, la adquisición de la capacidad motriz operativa, es un proceso de carácter vivencial mediante el cual el individuo formará sus esquemas de acción definitivos. Esto quiere decir, que el individuo tendrá que valerse para el aprendizaje de las tareas deportivas de gran cantidad de información de carácter no verbal, y muy difícil de verbalizar por parte del entrenador. En consecuencia, mucha información no va a poder ser proporcionada de una manera directa, ya que, no disponemos de canales adecuados para ello, podemos transmitir al jugador una verbalización o visualización de las tareas o técnicas motrices a realizar, pero no la vivencia sonso-motriz del movimiento en sí.

El problema del significado en la comunicación

Dentro del segundo nivel del problema de la comunicación, se encuentra el problema del significado. En el entrenamiento deportivo, el objetivo fundamental del entrenador al emitir sus mensajes es proporcionar al jugador unas pautas adecuadas a partir de las cuales éste pueda elaborar sus esquemas de acción con las máximas posibilidades de éxito. lo que se pretende que consiga el jugador es la realización adecuada de la acción deportiva. Acción que se lleva a cabo mediante la ejecución física, y en donde la simple formación de un esquema mental o comprensión de dicha acción por muy buena que ésta sea no basta.

A partir de aquí, el entrenador deberá tomar una serie de decisiones específicas para resolver el problema de la comunicación en este segundo nivel, aquí podemos distinguir dos sub- fases que determinan dos tipos de aspectos, que en su orden secuencial lógico son:

    1. Selección de la información a transmitir en el mensaje. (Dentro de los conocimientos globales que el entrenador poseer y la estructuración que tenga de los mismos).
    2. Codificación de la información en la forma oportuna para poder transmitir el mensaje (nos referimos al contexto expresivo, y que este sea realmente portador de la información que se desea transmitir).

El problema de la efectividad en la comunicación

La efectividad con que el mensaje emitido es capaz de afectar la conducta del jugador, en la forma deseada constituye el resultado del proceso de la comunicación entrenador - jugador y es el exponente de la consecución o no de los objetivos. Sobre este respecto se plantean las siguientes preguntas:

  • Cómo saber si un mensaje es más efectivo que otro?.
  • Cómo distinguir a priori el mensaje más efectivo entre varios posibles?.

La elaboración y expresión del mensaje deberá estar pues en función, además de su contenido, es decir, de su significado objetivo, de las posibilidades que ofrezca de comprensión y asimilación por parte del jugador. Sobre esto, hay que destacar que determinadas actuaciones por parte del entrenador, que implican la simple transmisión de una información correcta, resultan insuficientes y desalentadoras de cara a los resultados. Por ejemplo, dentro del marco de la enseñanza deportiva, el uso por parte del técnico de un vocabulario excesivamente enrevesado, más correcto quizá, desde el punto de vista estrictamente técnico, pero inaccesible en la mayoría de los casos para el jugador que se inicia.

De lo anterior se deduce que para poder hacer una estimación racional de las diferentes posibilidades de éxito de un mensaje es necesario, en primer lugar, dentro del marco del proceso de la información, analizar la posibilidades y características del elemento receptor, en este caso el jugador. De acuerdo pues con el planteamiento teórico que a los efectos estamos utilizando a lo largo de esta obra, la capacidad de proceso de la información que tenga el jugador incidirá de una forma decisiva en la capacidad de aprendizaje del mismo.

Como resumen de lo dicho se puede decir, que la información que el entrenador va a comunicar al jugador por medio de lo que en los apartados anteriores se ha denominado como "mensajes", tendrá que ajustarse a una serie de características fundamentales, que pueden ser sintetizadas según los siguientes apartados:

1. La información ha de ser objetiva, es decir, verdadera y carente de errores de tipo descriptivo o conceptual (nivel correcto de significación del mensaje).

2. La cantidad de información que vaya contenido en un mensaje docente ha de ser suficiente. Se puede decir en general que, tan contraproducente puede resultar una sobredosis de información, imposible de ser retenida o asimilada por el jugador, como una insuficiencia de los datos, que no proporcione al jugador los mínimos elementos para que pueda actuar a los niveles previstos (nivel correcto de eficiencia en el mensaje respecto a los factores retención y asimilación).

3. La información debe de estar organizada, es decir, estructurada de forma que cada uno de los componentes del mensaje docente se encuentre destacado según una escala de valores. Los aspectos más importantes deberán ser expresados de forma preeminente y con el debido énfasis, los aspectos de carácter secundario deben ser presentados en un lógico segundo término y ocasionalmente omitidos, en función de concentrar la atención del jugador sobre aquellos puntos que en un momento determinado nos interese destacar (nivel correcto de eficiencia del mensaje respecto a las posibilidades de una adecuada interpretación).

4. La forma de expresión o lenguaje que utilicemos para dar la información tiene que ajustarse a un nivel de adecuación, es decir, el mensaje docente tiene que encontrarse adaptado a la capacidad y nivel de comprensión del tipo de jugador a que nos enfrentamos (nivel correcto de expresión del mensaje).

ESTILOS DE ENSEÑANZA Y MODELOS DE INTERACCIÓN ENTRENADOR - JUGADOR

Un modelo de interacción constituye fundamentalmente un instrumento de descripción y análisis de un proceso en el que intervienen dos partes, en este caso del proceso de entrenamiento, el cual implica una serie compleja de procesos de aprendizaje de índole muy diversa en el jugador. La utilidad de este tipo de instrumento radica en que nos ofrece la posibilidad de tener una mayor comprensión del problema tratado, como consecuencia inmediata, teniendo como aplicación ulterior el posibilitar el diseño de procedimientos y técnicas de comunicación de acuerdo con las premisas operativas que el modelo nos desvela.

La "instrucción directa"

El punto de partida para esta sistematización de la interacción enseñanza- aprendizaje entre el entrenador y el jugador que a continuación se fundamenta en el sistema integrado de regulación de la información de carácter sistémico propuesto por Mattig (1970), que surge por yuxtaposición de dos sistemas, el sistema "entrenador" cuyo funcionamiento inicial básico ya ha sido descrito a partir del modelo de Shannon, y el sistema "jugador", este modelo básico de interacción configura el estilo de enseñanza más tradicional dentro del ámbito del rendimiento deportivo, es decir, la ?instrucción directa?.

El "sistema jugador" relacionado con el "sistema entrenador" supone para éste la posibilidad de obtención de "feedback" y por consiguiente de cerrar el sistema y posibilitar la regulación y ajuste del mismo por parte del experto. Esto nos viene a decir que el "sistema entrenador" en sí mismo es un sistema abierto(respecto a los objetivos últimos), y solo se cierra al interactuar con el "sistema jugador". Es evidente que en el contexto de entrenamiento la reacción del jugador ante el "mensaje" del entrenador supone para éste una información que tiene el carácter de "Feedback".

Por el contrario el funcionamiento del "sistema jugador", dado el carácter del entrenamiento deportivo, implica que él va a producir acciones, vinculadas directamente con los objetivos últimos, a partir de los "mensajes", instrucciones, consignas, etc., del entrenador. De estas acciones el jugador siempre tendrá una información vía "feedback propio" (conocimiento de la ejecución, conocimiento de los resultados), por lo que este sistema es básicamente un sistema de carácter cerrado.

En el esquema que se expone a continuación se presenta el modelo de interacción entrenador - jugador básico, el sentido de las flechas marca la dirección del flujo de tal información entre las dos partes del proceso, y la numeración el orden secuencial.

Los pasos fundamentales del proceso, analizados a partir del modelo expuesto, según su orden secuencial de aparición son los siguientes:

    1. Mensaje inicial del entrenador.
    2. Respuesta del jugador.
    3. Feedback propio del jugador.
    4. Feedback externo del entrenador (sólo cuando éste ha observado la respuesta del jugador).
    5. Feedback externo que el entrenador proporciona al jugador (sólo eventualmente cuando decide hacerlo.

Los aprendizajes que revisten un cierto grado de complejidad, casi todos los relacionados con el entrenamiento para la competición lo son, suponen para el jugador la realización de numerosos ensayos, pruebas, o puesta en práctica reiterada en situaciones similares. Desde el punto de vista interactivo, el proceso descrito en el modelo se tendrá que repetir un cierto número de veces lo que representa un proceso de carácter cíclico hasta que se haya logrado el rendimiento previsto.

Las causas de que este proceso sea laborioso e incluso arduo en ocasiones, podemos detectarlas fácilmente siguiendo el modelo, ya que es sencillo deducir que la degradación de la información a través del flujo de interacción, y la insuficiencia inicial del jugador en el control de sus actuaciones, van a ser causa de la aparición de discrepancias entre lo que se pretende lograr y lo que en un momento determinado se es realmente capaz de conseguir. Para reducir dichas discrepancias es interesante, reconsiderar todo lo dicho acerca del sistema universal de comunicación y especialmente en lo que al entrenador concierne tener muy presente las características del "factor didáctico".

En el proceso descrito pueden distinguirse dos fases fundamentales, desde el punto de vista de la entrenador, El límite entre las dos fases lo marcará de una manera inequívoca la respuesta del jugador. Siguiendo la secuencia temporal del flujo de la información, toda la información que precede a la respuesta del jugador definirá a la primera fase, y toda la información que se genera a partir de la misma en relación al sistema definirá la segunda fase. De acuerdo con esta delimitación de la información que se genera dentro del sistema, estas fases pueden ser denominadas de la siguiente forma:

  • Fase I: Información inicial o de referencia.
  • Fase II: Conocimiento de la ejecución y los resultados.

El objetivo que el entrenador intenta conseguir en la primera fase, es que el jugador construya, en función de la información que se le proporciona, un esquema mental acerca de los conceptos, procedimientos, y actitudes, lo más ajustado posible en relación al tipo de actuación que resulta eficiente y produce el alto rendimiento deportivo. Este esquema mental de acción constituirá para el jugador la referencia y punto de partida para su actuación ante una situación dada bien de entrenamiento o bien de competición.

La información inicial o de referencia debe reunir toda la serie de características ya comentadas en los apartados precedentes relacionados con la elaboración y expresión de los mensajes por parte del entrenador. Para que esta información tenga las máximas garantías de eficiencia debe de estar expresada de una manera congruente con el tipo de respuesta que se quiere obtener del jugador, es decir, del esquema mental de referencia en concreto que se pretende dar. Desde el punto de vista del "factor didáctico" este esquema mental de acción, que sirve de referencia inicial, estará construida, en nuestro caso, a partir de la información proporcionada al jugador por el entrenador.

Cuando la referencia inicial de acción tiene un carácter muy concreto, de forma que lo que se le plantea al jugador es la reproducción de un cierto tipo de comportamiento muy bien especificado, lo que el entrenador está proponiendo es que se reproduzca un modelo. Por ejemplo en un entrenamiento de natación el entrenador expone al principio del entrenamiento las series distancias tiempos intervalos de descanso etc que hay que ejecutar, es decir, el modelo a que debe ajustarse para realizar la sesión de trabajo.

En el caso de la reproducción de modelos, se parte de la base de que existe una solución más adecuada para una circunstancia en cuestión, o de carácter general con una mayor eficacia, dichas soluciones deben ser conocidas de antemano por el entrenador, al desarrollo de la situación de entrenamiento. Por ejemplo como concepto básico en los movimientos defensivos del Baloncesto se proporciona el modelo conceptual de partir de posiciones en las que el centro de gravedad esta bajo y las extremidades inferiores en semiflexión, modelo conceptual que conduce a modelos específicos de fundamentos de defensa en el Baloncesto.

No solamente se refieren estos modelos a conceptos básicos y a las características concretas de la ejecución sino también el entrenador proporciona con frecuencia modelos de carácter actitudinal, retomando la situación de defensa del ejemplo anterior, es corriente escuchar como el mismo va acompañado de una "consigna" de anticipación y "agresividad", es decir, "intentar ganar la acción al atacante, en vez de esperar a reaccionar a sus movimientos. Esta forma de plantear la enseñanza está muy vinculada a los problemas de rendimiento en la ejecución del movimiento y tiene una aplicación inequívoca cuando los resultados son determinantes, como sucede por ejemplo en la competición deportiva.

El objetivo que se le plantea al entrenador de Baloncesto en la segunda fase es que el jugador consiga reducir la diferencia, que en la mayor parte de las ocasiones se produce, entre lo que se pretende hacer y lo que realmente en esa situación se ha sido capaz de llevar a cabo. De forma que a través de los sucesivos ensayos de la tarea a realizar en cuestión, se vayan reduciendo las discrepancias entre la referencia de acción inicial prevista y el resultado real de la actuación.

Los pasos de esta segunda fase, según su orden secuencial, son los siguientes:

  • Respuesta del jugador.
  • Feedback propio del jugador.
  • Feedback externo del entrenador de Baloncesto (sólo cuando éste ha observado la respuesta del jugador).
  • Feedback externo que el entrenador de Baloncesto proporciona al jugador (sólo eventualmente cuando decide hacerlo.

El control sobre la realización de la tarea lo podrá ejercer el jugador gracias al feedback propio, información que se produce automáticamente como consecuencia de la producción de la respuesta en sí misma y que siempre cierra circuito. El proceso es el siguiente, la realización de la tarea genera para el sujeto información de carácter propioceptivo y extereoceptivo sobre las características y el resultado de la actuación.

Este tipo de información está siempre presente en la segunda fase que se está describiendo, en función de esta información, solamente por sí mismo de una manera autodidacta, el jugador tiene la posibilidad de ir ajustando sus respuestas de una manera progresiva en relación a la referencia, es decir, de progresar en los aprendizajes.

El proceso de auto- ajuste puede ser largo y a veces poco eficiente, a través del cual, el jugador quizás llegue a resultados limitados o pobres, empleando para ello demasiado tiempo. A continuación se van a exponer las causas de esta posible insuficiencia en los resultados:

    1. Insuficiente o errónea interpretación por parte del jugador de la información sobre la realización de la tarea él mismo genera.
    2. Falta de atención selectiva a los estímulos que van a facilitarle la actuación y el correcto control de la realización de la tarea.
    3. Carencia de información necesaria sobre algunos aspectos de la ejecución difíciles o imposibles de obtener por uno mismo.

Estas causas justifican para una facilitación del aprendizaje la incidencia directa del entrenador de Baloncesto en esta fase. De esta forma, el jugador, además de obtener el conocimiento de los resultados y la ejecución vía "feedback propio" o "natural", recibirá otro adicional por parte del entrenador de Baloncesto al cual suele denominarse con los términos de "feedback aumentado", "feedback artificial", o "feedback suplementario" (para abreviar "FS"), que es el término que a partir de ahora adoptaremos cuando nos refiramos a este concepto.

Las consideraciones básicas del entrenador de Baloncesto sobre el "FS" que va a elaborar a partir de la actuación del jugador, así como los conceptos y terminología asociados a dicho feedback pueden ser estructuradas en los siguientes tres niveles, que vamos a hacer corresponder con tres preguntas:

  • ¿Qué resultado ha tenido la actuación.
  • ¿Cómo ha sido la actuación en si misma?
  • ¿Por qué ha sido la actuación más o menos satisfactoria?

La primera de las preguntas esta vinculada a un tipo de información muy concreto, que en la terminología propia de este ámbito se denomina "Conocimiento de los resultados". Por ejemplo, el conocimiento para un jugador de si ha encestado un lanzamiento, constituye el conocimiento de el resultado de ese lanzamiento, pongamos el caso de un lanzamiento con éxito, en un partido esta es una información que el jugador capta por si mismo en primer lugar, en segundo lugar ve confirmada reglamentariamente por el árbitro, que levanta la mano indicándolo a la mesa, y en tercer lugar, eventualmente reafirmada al dirigir la mirada a donde se encuentra el entrenador y ver a éste hacer un gesto positivo con la mano levantando el pulgar.

La segunda pregunta se refiere a la actuación en si misma, cómo ha sido. En parte esta información solo la tiene de una manera directa el jugador, ya que toda la información de carácter propioceptivo que cualquier acción genera es interna al sujeto y por lo tanto privativa de éste. otra parte de esta información puede ser percibida de forma objetiva desde el exterior y con un nivel de concentración y análisis mayor ya que el entrenador de Baloncesto - observador no esta ocupado en actuar. A este tipo de información se le denomina "conocimiento de la ejecución". Por ejemplo, un jugador de baloncesto tira a canasta y falla, el entrenador de Baloncesto además de ver que falla observa que en el momento de encarar la canasta para efectuar el tiro el codo del brazo lanzador estaba bastante abierto con relación a la canasta, es difícil que el jugador se percate sobre la marcha de este detalle o muchos de características similares, la información sobre este tipo de detalles que proporciona el entrenador de Baloncesto corresponde dentro del "FS" al concepto de "conocimiento de la ejecución"

El resultado de una actuación, y en lo que ha consistido de hecho esa actuación, estarán vinculados en la gran mayoría de los casos por una serie de relaciones causa - efecto. Este tipo de información es quizás la más valiosa porque a través de ella podemos determinar por qué hemos tenido éxito, o por qué no. Por ejemplo al final del trabajo de un microciclo exhaustivamente programado y en el cual se constata que se cumple la realización del trabajo previsto (conocimiento de la ejecución), se detectan síntomas inequívocos de sobreentrenamiento (conocimiento del resultado), ambos tipo de información no serán suficientes si entre los mismos no se es capaz de establecer el por qué se ha producido el sobreentrenamiento.

Este es un tipo de "FS" de nivel superior que todos los entrenadores deben aspirar a dar. Es evidente que en la gran mayoría de los casos el "FS" dado por el entrenador corresponde a las dos primeras categorías, "conocimiento de los resultados" y "conocimiento de la ejecución", sin embargo la dirección hacia la que debemos caminar, sobre este particular, es la de fundamentar la comunicación en esta fase, más en el conocimiento de relaciones causa efecto que en otras consideraciones.

La resolución de problemas.

Cuando la referencia inicial de actuación tiene un sentido amplio, y lo que se pretende es provocar una exploración de las posibilidades, se presupone, que en una situación determinada, entre un número indeterminado de respuestas posibles, alguna o algunas pueden solucionar el problema adecuadamente. Por ejemplo, en una situación de uno contra uno en baloncesto, desde el punto de vista del atacante cualquier solución que acabe consiguiendo canasta es válida.

A veces, dentro de las posibles respuestas, se podrá establecer una jerarquía de eficiencia. Esto da lugar a la posibilidad de dos propósitos bien definidos con un matiz muy diferenciado:

  • Cualquier respuesta motriz que solucione el problema vale. Ejemplo, la situación relativa al baloncesto anteriormente expuesta.

  • Solamente vale aquella respuesta motriz que mejor solucione el problema. Ejemplo, desarrollar la técnica de lanzamiento que no asegure el porcentaje máximo posible de aciertos.

De acuerdo con las características de este estilo de enseñanza, el objetivo que se le plantea al entrenador de Baloncesto en la segunda fase es que el jugador consiga reducir la diferencia, que en la mayor parte de las ocasiones se produce, entre la solución que puede resultar adecuada y la solución que en principio aporta el jugador . A través de la actividad continuada de búsqueda por parte del jugador, se espera que se vaya reduciendo la adecuación de la actuación del jugador a la solución del problema planteado.

El modelo de interacción entrenador- jugador que implica este estilo de enseñanza basado en la búsqueda de soluciones se expresa a continuación en el siguiente esquema.

Según este modelo, los pasos de esta segunda fase, según su orden secuencial, son los siguientes:

  • Dar tiempo a que la actividad del jugador represente una búsqueda significativa, observando su desarrollo.
  • Feedback propio del jugador continuado a través de su búsqueda.
  • Si la búsqueda ha tenido un resultado satisfactorio el entrenador de Baloncesto felicita al jugador.
  • Si la búsqueda no ha tenido un resultado satisfactorio o el resultado es parcialmente satisfactorio el entrenador de Baloncesto propone una nueva situación en la que se replantee la búsqueda, atendiendo a las insuficiencias observadas.

Ocurre en este modelo también que el control sobre la realización de la búsqueda lo podrá ejercer el jugador gracias al feedback propio, información que se produce automáticamente como consecuencia de la actividad de búsqueda en sí misma y que siempre cierra circuito.

Cuando este tipo de información no es suficiente para llegar a una solución satisfactoria, el entrenador de Baloncesto no debe en ningún caso desvelar la solución , lo que representaría proponer un modelo a seguir. La alternativa del entrenador de Baloncesto es analizar el por qué la búsqueda no produce resultados y replantear la situación de búsqueda de acuerdo a este análisis.

Aparte de estos dos modelos básicos e interacción y de estos dos estilos de enseñanza existen alternativas mixtas derivadas de ellos, que responden a enfoques con diferentes matices. También hay propuestas más avanzadas, que implican una revisión conceptual radical, pero que básicamente representan una interacción entrenador – jugador de tipo planteamiento de problemas, que se encuentran vinculadas con el enfoque de los ?Sistemas Dinámicos?, cuya complejidad conceptual nos llevaría más allá del tiempo disponible en este curso.

EVALUACIÓN DE LOS PROCESOS DE ENSEÑANZA-APRENDIZAJE

Sentido y significado de la evaluación en el ámbito de el entrenamiento y la competición deportiva

¿por qué evaluar en el ámbito del entrenamiento deportivo para la competición?
La constatación de que a través de la acción del entrenamiento deportivo se están satisfaciendo los objetivos del entrenamiento y se están alcanzando los resultados deseados en la competición (Blázquez, 1990), constituye la respuesta a la pregunta de ¿por qué evaluar en el ámbito del entrenamiento deportivo para la competición? La información que se deriva de la respuesta a dicha pregunta es en principio fundamentalmente de interés para el propio jugador, que tiene derecho a saber como evoluciona su rendimiento respecto a sus expectativas.

Desde un punto de vista de conjunto, es necesario indicar asimismo que es disponer de una evaluación lo suficientemente precisa sobre la marcha del proceso evolutivo del entrenamiento es otra necesidad con la que se encuentra el entrenador.

Otro gran campo que necesariamente debe cubrir la evaluación en relación con el ámbito del rendimiento deportivo, es el de la valoración de las actitudes específicas, así como la de los hábitos de vida generales en relación con los objetivos propuestos. Por lo que la evaluación de los aspectos vinculados a las relaciones grupales e interpersonales, relativos a su la actividad deportiva deviene asimismo de una importancia capital (Delgado Noguera, 1991), constituyendo por tanto una clara respuesta a la pregunta de ¿por qué evaluar?.

Acerca de los usuarios y beneficiarios de la información que se deriva de la evaluación en este ámbito, decir que el principal beneficiario debe ser el propio jugador. Por otra parte, los entrenadores necesitan de la evaluación para controlar y encauzar el proceso de entrenamiento y orientación de la competición.

¿Qué evaluar en el ámbito del entrenamiento deportivo?

Es evidente, que hay que precisar en primer lugar que respecto a los procesos de aprendizaje general del jugador vinculados con este ámbito, es necesario valorar su conceptualización del entrenamiento deportivo y sus implicaciones vitales, cómo esto opera en una modificación de su estilo de vida y qué actitudes se desarrollan como fruto específico de su actividad deportiva. Será necesario ponderar estos componentes en su justa medida, ya que es incuestionable que a los efectos de la práctica deportiva no se circunscriben a una mayor operatividad en un deporte concreto.

Desde el punto de vista del entrenamiento, atendiendo a los aspectos específicos de tipo físico, hay que decir que la gran variedad de factores del entrenamiento puede ser compendiada según dos grandes líneas de objetivos a evaluar:

    1. Competencia Motriz: Desarrollo de la técnica y la táctica deportiva
    2. Adaptación Al Esfuerzo: Desarrollo de la condición física específica.

Respecto a la competencia motriz, algunos de los aspectos importantes hacia los que se debe orientar la evaluación son los siguientes:

  • El grado de conocimiento que posee sobre la técnica y la táctica, es decir, si conoce cómo se deben ser los pasos de aproximación en un salto de longitud o la estrategia básica del voleibol.

  • El grado de acierto en la elección de una alternativa táctica de actuación, es decir, si es capaz de seleccionar la forma de actuación más adecuada cuando uno esta siendo presionado por un oponente.

  • La aplicación de una técnica o táctica a situaciones particulares o la medida en que se utiliza adecuadamente el repertorio técnico conocido en un juego deportivo determinado.

  • La corrección y precisión de las acciones que componen la técnica, es decir, el grado de desarrollo o refinamiento en la ejecución de la técnica.

  • El grado de automatización de la técnica o el grado autonomía con el que se es capaz de llevar a cabo el gesto aprendido, respecto a la gestión de la atención para poder dedicarla a los aspectos tácticos.

Respecto a la adaptación al esfuerzo, algunos de los aspectos importantes hacia los que se debe orientar la evaluación son los siguientes:

La condición física: orientación hacia el rendimiento

  • Resistencia. Objetivo: mantener el nivel óptimo de esfuerzo durante el tiempo que resulte necesario. La magnitud del tiempo requerido para realizar un tipo de tarea concreta da lugar a tipos muy específicos de resistencia.

  • Fuerza. Objetivo: tener la capacidad de ejercer la fuerza necesaria para realizar con éxito la tarea requerida. Asimismo esto da lugar a tipos de fuerza muy específicos en relación con la tarea a realizar:

  • Velocidad. Objetivo: poder dotar al ritmo de la ejecución del movimiento de la rapidez adecuada para conseguir los resultados deseados, lo que supone, respecto a una serie de disciplinas deportivas, máxima velocidad de ejecución .

  • Flexibilidad. Objetivo: ser capaz de ejecutar el movimiento con la máxima amplitud y fluidez, pudiendo así sacar las máximas ventajas mecánicas del mismo.