Joaquín Prado ya dirigió la final del Europeo U18 del pasado verano, con una meritoria medalla de plata. Ahora está trabajando en Málaga con la generación posterior y con el Europeo U18 de Letonia en el horizonte. Primeros días de trabajo en Málaga, torneo de preparación en Melilla, y viaje a Riga para terminar el trabajo y disputar el torneo continental.

¿Cómo han ido estos primeros días de preparación?
Bien, en primer lugar, sin contratiempos físicos, que ya de por sí es importante en estos inicios de concentración. Es cierto que es el periodo más denso, con más carga física y táctica, pero estamos contentos del trabajo realizado. Además, es difícil encontrar un sitio mejor para una concentración de este tipo. Málaga es una ciudad con mucha tradición de baloncesto y que nos ha tratado estupendamente.”

Defíneme a este grupo de jugadores ¿Cómo son? ¿Qué características tiene?
Es un grupo con el que ya he trabajado en Semana Santa y que tiene mucho talento en sus manos. Son jugadores con mucho baloncesto y con un buen físico en determinados puestos exteriores. Es cierto que tenemos el hándicap de una carencia física en el interior respecto a otros países. Pero es un problema común a muchas de las generaciones del baloncesto español, tanto en masculino como en femenino.

¿Cómo quieres que jueguen? ¿En la misma línea marcada por la Senior?
Efectivamente. El estilo de juego marcado para todas las selecciones nos viene muy bien a este equipo. En defensa tenemos que ser agresivos, intensos y aprovechar las situaciones de presión de balón. En ataque tenemos que jugar con transiciones rápidas, a campo abierto, con mucho ‘llegar jugando’. También porque en media pista tendremos más problemas con selecciones más físicas. El concepto es aprovechar esas capacidades técnicas y de talento de los jugadores para ponerlas al servicio del equipo.

Ahora viajáis a Melilla, para el primer torneo de preparación…
Los chicos tienen ganas de partidos. Son ocho días de trabajo, en sesiones de mañana y tarde, por lo que jugar, aunque sea un torneo de preparación, es importante para ellos y para los técnicos. Seguro que habrá detalles a mejorar, otros habrá que reforzar porque los estamos haciendo bien… y también es importante medirnos a otras selecciones que nos vamos a encontrar en el Campeonato. Sin duda que el Torneo de Melilla será una buena prueba de fuego.

¿Te marcas objetivos en el Europeo?
Siempre hay que mirar a lo más alto. Es una seña de identidad de nuestras selecciones. Somos ambiciosos, sabiendo que no tiene sentido mirar a las eliminatorias finales sin pasar por una primera fase que va a ser durísima. La experiencia nos dice que la igualdad es muy grande en estos torneos y los primeros partidos serán muy difíciles. Luego hay que llegar en el mejor estado de forma al cruce de octavos de final para intentar pasar eliminatorias. Somos ambiciosos, y a la vez, humildes y conscientes de la dureza del torneo.

Ya jugaste una final el año pasado ¿Sería bonito repetirlo?
Sin duda. La sensación del Europeo del año pasado fue excelente, con el punto mínimamente amargo del día de la final. Ojalá se repita la historia, pero es imposible hacer comparaciones con otras generaciones. Tenemos la suerte de contar con algún jugador que repite del año pasado; otros tienen la experiencia del oro del Europeo U16 de hace dos años… Esa experiencia a nivel competitivo en Europa es importante y siempre ayuda en el presente.

Porque además de competir, el objetivo también es formar
Sin duda. Las ventanas que hemos vivido esta temporada son el ejemplo de lo bien que se han hecho las cosas en formación. Más de la mitad de un equipo que ha ganado en Eslovenia era una selección U20 de hace cuatro años. Eso dice mucho del trabajo que se está haciendo y es la idea clave de nuestro trabajo: No sólo formar un equipo para un año, sino construir un espíritu de equipo para muchos años. El mayor orgullo sería, que más allá de las medallas, estos chicos lleguen a la Senior en unos años. Esa sería nuestra mejor medalla.