PABLO ROMERO / ÁREA DE COMUNICACIÓN FEB

Suele ser sinónimo de dificultad extrema el enfrentarse a la Selección de Francia independientemente de la categoría o la importancia del choque pero mucho más aún si lo que está n juego es el pase a las semifinales de una competición tan ilusionante como resulta cada año un Europeo. Así pudo comprobarlo la Selección de Madelén Urieta...

Y es que la fortuna pareció aliarse ya desde los compases iniciales con un combinado francés que irrumpió muy fuerte en la pista para apuntarse el primer parcial del choque a su favor (2-8). Unos guarismos que no mermaban el espíritu competitivo del equipo nacional pero que sí trasladaban un cierto nerviosismo a las muñecas de las jugadoras españolas registrando los primeros fallos desde un 4,60 que no acompañaba a la buena defensa del equipo (6-10). Eran minutos de tanteo y, en ellos, Francia intuyó que con una buena movilidad de balón podía llegar con cierta soltura a hacer daño en posiciones interiores pero los ajustes y cambios defensivos de las de Madelén Urieta dieron sus primeros frutos evitando que Francia incrementara las rentas. No tardó Paloma González en sumar desde la larga distancia y eso pareció aportar la confianza necesaria a un equipo que igualaba el choque al borde del primer bocinazo entre cuartos (10-10).

Recuperaba España su esencia tras unos minutos iniciales con algunas dudas y eso se notó en el juego de la Selección Española ante una Francia que tiraba de intensidad para cortar un par de balones consecutivos y forzar el primer tiempo muerto de Urieta tras un parcial de 0-4 (10-14). El equipo respondió con una buena dosis de carácter y así fue neutralizando la pequeña renta de una Francia para la que sus 4 puntos parecían todo un mundo ante lo igualado de un choque que se trababa ligeramente en la anotación (17-18). Trató España de buscarle una nueva marcha al encuentro con diferentes movimientos de banquillo. Así, el equipo ganó velocidad y frescura en su juego llegando a invertir por primera vez su suerte en el marcador tras el 2+1 de una Alba Prieto que regresaba a pista a lo grande (22-20). Con la línea de tiros libres -ahora sí- como aliada, España se hizo fuerte en un rebote defensivo que enriqueció el juego del equipo llegando con ventaja a los vestuarios (23-20). 

El paso por vestuarios pareció cambiarle la cara por completo al encuentro. Mucho más valientes, ambos equipos fueron directos a por el partido y eso se notó en un electrónico en el que el primer intercambio de golpes favoreció a una Selección Española que lograba su máxima renta del encuentro hasta ese momento (29-24). No bajó Francia los brazo y, a base de intensidad, pudo alejar a la Selección Española de unos aros hacia los que no acompañó la fortuna desde la larga distancia viendo como su rival adquiría de nuevo una renta de cinco puntos con la que se llegó al último periodo (33-38).

Con Iris Junio como principal referencia ofensiva, España siguió batallando con el comienzo de un último periodo al que se llegó con todo por decidir. España lograba colocarse a un punto a base de acierto en el tiro pero los problemas se incrementaban bajo unos aros en los que Francia parecía tener controlada la batalla del rebote (37-38). España trató de correr forzando tres personales prácticamente consecutivas en un rival que se acercaba al bonus permitiendo a las nuestras empatar el partido (40-40). Quedaban cinco minutos por delante y el triunfo estaba en el aire. España trato de cerrarse bajo su aro forzando tiros lejanos y con la posesión al límite en su rival pero la fortuna parecía estar de parte de una Selección de Francia que tomaba de nuevo la delantera (40-45). Respondió una vez más España a base de carácter pero un lanzamiento errado a 32" del final derivó en un baile final de tiros libres en el que Francia volvió a mostrarse más acertada. La bocina sonaba y el sueño del medallero se esfumaba (45-51).