Diego Blázquez abrió las dos jornadas del clinic con dos charlas dedicadas a la defensa. El miércoles tocó la individual y el jueves las ayudas, avanzando hacia la construcción de un sistema defensivo.

El prólogo a la primera charla fue un 4x4 en mediocampo, con jugadores de la cantera del CB Arganda, en el que se pudieron apreciar de un vistazo muchos hábitos defensivos. A partir de ahí llegó un abecedario de la defensa, con el que Diego Blázquez resumió los conceptos clave en cuatro letras. "La A de Actividad y de Aproximarse, la B de Bajar el culo, la C de Cerrar el Centro y Chocar en los Cortes, y la D de Descansas en el banquillo o en tu casa... porque un jugador en defensa no descansa nunca".

Esos cuatro objetivos marcan el trabajo del entrenador, que consiste en cambiar los hábitos de los jugadores para alcanzarlos. Blázquez adelantó otras dos letras, la D y la E, de "Dale Espacio", porque hay que saber pegarse al atacante y también despegarse de él. El técnico comenzó el repaso por la A, por la actividad y la aproximación, "siempre con coherencia", con el espacio y la postura adecuada, y teniendo en cuenta que el jugador que defiende no lleva la iniciativa del juego, pero sí puede reducir la del atacante. Para ello debe ser capaz de crear dudas a su rival. Otro aspecto clave fue la importancia del pasillo central. "Hay que crear el hábito de cerrar el centro. Nadie puede entrar en el rectángulo central", insistió el técnico, que puso en práctica numerosos ejercicios de 3x3 y 4x4 para demostrar todo lo explicado, con una especial atención al detalle.

La charla del miércoles puso las bases para la del jueves. Tras un breve repaso a lo mostrado la víspera, comenzó la creación de una estructura defensiva a partir de las ayudas. El objetivo es solucionar posible problemas en distintas situaciones de la cancha, desde las esquinas o la cabecera. Siempre teniendo en cuenta que "si un jugador no tiene asimilada la técnica individual y los conceptos previos, la defensa de ayudas no va a funcionar". Ante todo, Blázquez destacó la D: "Descansas en el banquillo. En la pista no descansa nadie. Eso es lo más importante para crear una defensa colectiva". En su opinión, hay que crear algunos hábitos y también descartar otros. "No me gusta gritar ayuda. Si acostumbras al jugador a hacerlo, ya le estás metiendo en la cabeza que puede descansar..." En cambio, es conveniente acostumbrar al defensor a recuperar en sprint, "a volar en busca de su rival".

En los ejercicios, realizados con la ayuda de jugadoras del CB Arganda, Blázquez trabajó otros conceptos, como la 'no ayuda' (el defensor engaña al atacante), el lado fuerte y el lado débil, y distintas situaciones posicionales o a campo abierto, siempre insistiendo en que "para que todo salga antes hay que dominar los fundamentos individuales". Al terminar la charla del jueves, Diego Blázquez volvió al principio, al cambio de hábitos como gran objetivo, "porque el ser humano tiende a la ley del mínimo esfuerzo. Pero si le enseñamos, aprende. Debemos crear hábitos desde pequeños para que, al llegar a cadete, esta defensa sea un infierno para cualquier equipo que la quiera atacar".

También de defensa habló Juan Manuel Piti Hurtado en la segunda charla del miércoles. En su caso, de defensas alternativas, soluciones que el entrenador tiene en "su caja de herramientas para intentar cambiar el ritmo del ataque contrario en momentos puntuales". Como señaló el técnico, son argumentos especialmente útiles a la hora de enfrentarse a equipos con mayor potencial, pero al tratarse de recursos puntuales "no pueden ocupar más del 25 por ciento del tiempo que se dedique a trabajar la defensa en los entrenamientos. Es suficiente con 8 o 10 minutos de 5x5 por sesión".

Piti Hurtado aprovechó para hacer una breve comparación entre el baloncesto FIBA y el de la NBA: "El baloncesto FIBA es más rico para los entrenadores, aunque eso no significa que sea superior. A veces también te aburres y hay partidos en los que no se saca nada". Y después pasó a la acción con situciones de desventaja defensiva, obligando a las defensoras a reaccionar con rapidez, a desplazarse y, sobre todo, a intentar descubrir el punto débil de su rival. "Las defensas alternativas ayudan a mejorar la velocidad mental, a adivinar lo que va a pasar", señaló.

El trabajo se concretó en conversiones de una defensa individual a zona y viceversa. En especial, de zona 2-1-2 a individual. Mientras las jugadoras del CB Arganda realizaban los ejercicios, dio varios consejos a los entrenadores de base que acudieron al pabellón Virgen del Carmen. El primero fue "bajar la mirada. Cuando veáis un partido de ACB, nos os fijéis solo en lo que hace Llull. También en lo que está pasando en el lado débil o en ver si la defensa está bien colocada". El segundo, "meterse en la cabeza de los jugadores, en su piel".

El repaso a las conversiones abarcó también la zona 1-3-1, detalles como el pase en salto, o incluso la defensa -1-2-2 basada en una idea de Alfred Julbe y en la etapa del baloncesto control. "Esta defensa da resultado. Si sorprendes al base rival por detrás, se pone muy nervioso porque no sabe qué vas a hacer. Y cuantas más dudas consigas crear en el contrario, mejor", señaló Hurtado.

Después de tres conferencias dedicadas a la defensa, llegó la hora del ataque con Ángel González Jareño, que habló sobre las transiciones ofensivas, sobre "cómo vamos a correr el campo hacia la canasta contraria después de recuperar el balón". El técnico, dueño de una larga trayectoria (Real Madrid, Real Canoe, Cajasol, Agustinos...), señaló que "el baloncesto es un juego mental, no solo físico ni técnico. La mente es fundamental, el qué hago y cómo lo tengo que hacer".

Así, los primeros ejercicios se centraron en acostumbrar al jugador a cambiar la mentalidad: de recibir el balón a salir disparado hacia el aro. Jareño mostró distintas opciones (tras recuperar un balón suelto, después de rebote defensivo...), siempre sin dogmas, porque "vosotros debéis crear vuesto propio contraataque según lo que necesitéis y las condiciones técnicas de vuestros jugadores". Y no solo concedió importancia a los fundamentos de los jugadores, también a su opinión: "Es muy importante. Hay que escucharlos, porque nosotros siempre creemos que hacemos las cosas bien y no es así".

De media cancha se pasó a los ejercicios a toda pista, con el foco puesto en los detalles. "Lo más importante no es qué se hace sino cómo se hace. La parte técnica es más importante que la táctica, es la que hace el equipo crezca". Desde esos pilares técnicos, se construye la estructura para sacar el balón, con algunas vigas maestras, como el equilibrio o el espacio. En este sentido, Jareño aconsejó abrir la cancha: "Si el ataque está muy junto, es muy fácil de defender. En cambio, si está abierto, la defensa debe trabajar muy duro". Y, para probarlo, mostró ejercicios de salida de balón en 4x0 con dos abiertos. Pero, como insistió, todo depende de la capacidad de reacción individual: "Cuando recuperas el balón, no puedes quedarte mirando. El cambio de mentalidad es fundamental. Hay que adquirir el hábito de no quedarse nunca quieto, de atacar siempre la canasta".

La importancia del talento individual también salpicó el último tramo de la conferencia, con ejemplos como el de Juan Carlos Navarro y su famosa bomba: "Fue iniciativa suya. Es importante que el jugador crezca por sí mismo y el entrenador no tenga que poner siempre su sello". ¿Y cuál es entonces el papel del entrenador? "Conseguir que los jugadores tomen buenas decisiones desde su creatividad y su técnica individual".