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Covirán Granada: el análisis de José Manuel Puertas
1/21/2017 - 12:47 AM
El periodista José Manuel Puertas nos desgrana lo que supone para Covirán Granada el poder disputar la final de la Copa LEB Plata 2017.
JOSÉ MANUEL PUERTAS / ESRADIO
Hace escasamente un lustro, el baloncesto en Granada parecía agonizar, tocando a su fin tras la época más gloriosa que se recordaba en la ciudad desde el primer ascenso del histórico Oximesa a la ACB. Un varapalo a priori de soberbias consecuencias para toda una generación que a los pies de la Alhambra había tenido al del balón naranja como su deporte de referencia. Para mis coetáneos, los que nacimos a primeros de los 80, igual que la mayor constelación de estrellas que ha dado el deporte español, los Gasol, Navarro, o Calderón, Granada era baloncesto.
Pero hace cinco años no había muchos motivos para el optimismo, habida cuenta de la situación económica por la que pasaba el país, para pensar que el Palacio de los Deportes podría volver a vibrar animando al equipo local. Al menos en breve plazo. Y sin embargo, aún quedaban unos cuantos valientes que soñaron con ello. ¡Granada quiere baloncesto! Empezó a exclamarse en los todavía albores de las redes sociales. Algo se movía al sur de la ciudad, un proyecto basado en la cantera, al fin y al cabo el motor que debe sostener un club, y la pasión, herramienta imprescindible para lograr que los sueños puedan llegar a buen puerto.
Ahora, leen ustedes esta publicación con motivo de la disputa de la Copa LEB Plata en Granada, en los instantes previos a un partido donde el coliseo del Zaidín, engalanado, va a volver a latir como en algunas de sus mejores tardes, ante un rival de tronío como el HLA Lucentum Alicante, por si faltaba poco aliciente. Más allá de lo estrictamente deportivo, y de la relevancia de un partido que para el Covirán es muy importante en cuanto a cómo afrontar el resto de la temporada, lo realmente importante es lo que representa el hecho de poder jugarlo.
Granada está volviendo a recuperar su puesto en el lugar que se merece dentro del baloncesto nacional. Una ciudad que lleva cuatro décadas enganchada al bote del balón, al clásico ¡Chof! cuando el esférico cruza las redes de la canasta, y en definitiva, a una forma de entender la vida: la de aquellos que amamos el baloncesto. Una sensación que no nos podríamos haber perdonado que, tras los días de vino y rosas liderados por los Hermanos Álvarez, Goran Grbovic, John Williams, Curtis Borchardt, Nico Gianella, o Richard Scott, se nos escapara de las manos. Efectivamente, el esfuerzo de unos cuantos locos bien merecía la pena, y por eso hoy el Palacio de los Deportes está como está si usted levanta la cabeza unos centímetros. Habiendo sufrido tanto resulta emocionante, ¿Verdad?
Porque, efectivamente, Granada quería baloncesto. Y porque, sin duda, hoy podemos decir que Granada tiene baloncesto. Aquí lo han mamado grandes entrenadores de renombre nacional, desde Antonio Gómez Nieto a Curro Segura, pasando por Sergio Valdeolmillos o Quique Gutiérrez. Y por supuesto, Pablo Pin y Migue Zapata, que hoy se enfrentan comandando los banquillos de ambos finalistas. Sí, si usted es granadino, puede sentirse muy orgulloso del baloncesto en la ciudad.
Así que, por los que estuvieron, por los que siguen estando, y para que los que están por llegar vivan esas sensaciones que sólo el deporte más bonito del mundo sabe transmitir, me permito pedirles un favor. Valoren lo logrado, disfruten del partido de hoy, y sueñen con el futuro. Granada tiene y tendrá baloncesto. No puede ser de otra manera.