MIGUEL PANADÉS

Construir una defensa parte de la primera posición básica en el uno contra uno. En el desplazamiento adecuado, en la velocidad de la manos y, sobretodo y por encima de todo, de la voluntad y capacidad para querer defender y para poder llegar a esa defensa. Una obviedad imprescindible para Carles Durán pero que va mucho antes de abrir el capítulo relacionado con las primeras o segundas ayudas, con las diferentes variantes en las defensas de los bloqueos directos. En este sentido, la técnica defensiva se convierte en una habilidad que no hay que olvidar nunca de enseñar porque al jugador además de pedirle predisposición hay que dotarle de herramientas.

Implicado como un “tutor más”, Carles Durán se integró en el Curso Superior compartiendo con compañeros y alumnos ideas y experiencias. No se guardó nada en una generosidad por otra parte muy común entre los entrenadores profesores que pasan por el CES. Y desde tanto el conocimiento de sus preferencias como el de las tendencias de colegas de profesión supo exponer brillantes propuestas para contrarrestar situaciones ofensivas del rival.

Cuando la técnica la integró en la táctica apareció la faceta del constructor de trabajo de equipo, surgió la calidad de un técnico que ya encontró su momento entre la élite como Primero hace un par de temporadas y vuelve disponer de esa ocasión de mostrar su indiscutible capacidad. Y en esa construcción piedra a piedra de la defensa consiguió que el grupo de jugadores entrenados llegaran a una eficaz armonía en la que se fusionaron esfuerzo, técnica, lectura y en consecuencia, táctica defensiva excelente.