MIGUEL PANADÉS

Más de veinte años como entrenador profesional, conociendo todas las categorías FEB masculina y femenina, sabiendo lo que es jugar en casa y lejos de casa, descubriendo lo que significa viajar a otro continente y vivir nuevas experiencias deportivas y humanas. Chiqui Barros siente el baloncesto y siente la profesión y eso lo transmite desde la primera a la última que pronuncia en un discurso que abraza tanto la pasión como la realidad, tanto la ilusión por hacer realidad un sueño forjado desde muy joven como la dureza de que no siempre todo va como a uno le gustaría.

Todavía no es entrenador, mentira, si hacemos buena la frase pronunciada en su día por Ricardo Hevia de uno “no es entrenador hasta que lo cesan”… y obviamente no tiene Chiqui ninguna intención de vivir esa desagradable pero real experiencia pero lo cierto es que a lo largo de toda su trayectoria ha conocido las muchas y diferentes realidades. Y desde esa perspectiva es capaz, tal como hizo en su clase del Curso Superior, de desgranar paso a paso todos los procesos y establecer las  diferentes relaciones con el entorno, el más cercano y propenso, el no tan cercano y un poco menos agradable. Pero eso sí, con esa humanidad que desprende, con la autenticidad de su mensaje, se hace difícil imaginar malas relaciones de este entrenador en esencia, de este privilegiado que ha convertido su pasión en profesión.