ÁREA DE COMUNICACIÓN FEB

Maravillosas, espléndidas, valientes, tenaces, talentosas… no hay palabras suficientes para definir el comportamiento de un grupo de jugadoras que, perfectamente dirigidas por José Ignacio Hernández y su Equipo Técnico están firmando un Europeo antológico. Jugarán por el oro ante el vencedor del Italia – Serbia pero antes, firmaron una actuación antológica superando con claridad a Rusia, selección considerada como la favorita al oro.

España saltó a la pista convencida de sus posibilidades, sin importarle que en los pronósticos se situase a las rusas como claras candidatas al oro, sin que el precedente de la preparación recordarse un resultado claramente adverso. España saltó a la pista enfundada en esa camiseta de heroínas que las permite dar lo mejor de cada una en los momentos decisivos. Un  trabajo constante ha permitido ir creciendo poco a poco a lo largo de campeonato para llegar a la lucha de las medallas en el tono adecuado, tanto física como mentalmente. Con los automatismos adquiridos la puesta en escena fue brillante tomando la iniciativa en los primeros parciales sabiendo sacar ventaja de la escasísimas debilidades de un rival imponente.

María Conde y Maite Cazorla lideraron en ataque pero, una mínima racha negativa antes del final de primer cuarto permitió a las rusas dominar 13-18 en un primer zarpazo indicativo de su poder. Pero España es fuerte mentalmente y en el segundo, con los referentes funcionando adecuadamente y ajustando la defensa, el marcador dio la vuelta, el ritmo correspondió a las nuestras y al descanso el luminoso indicaba una mínima pero esperanzadora ventaja (32-31).

45-38  en el minuto 26 firmando España unos minutos extraordinarios, con un juego equilibrado entre la amenaza exterior y el insistente trabajo de las pivots. Con una defensa de anticipación efectiva. Rusia paraba el partido para intentar reconducir un rumbo adverso a sus intereses. Ni pudiendo en individual Rusia se refugiaba en una zona a la que a España le costaba atacar en posicional pero no en sus rápidas transiciones. Al final del tercer cuarto siete puntos de ventaja para nuestra selección. Una diferencia podría parecer acercar mucho la final y sin embargo, teniendo en cuanto la calidad del rival, mantenía el partido completamente abierto. María Conde, Cazorla, Quevedo lideraban en ataque, López y Lo se multiplicaban cerca del aro.

Un triple de López situaba la máxima ventaja a favor 58-48 en el minuto 32 y otro más de Flores llevaba la diferencia a 13 (61-48) con siete minutos por jugar… Sí ahora ya la final empezaba a tocarse y aunque en el baloncesto pasan mil vicisitudes y más ante rivales de alto nivel, la imagen de nuestras jugadoras era de ganadoras. A cinco minutos la diferencia se mantenía en los 13 puntos. Llegaba el momento de medir los tiempos, de jugar al ritmo que más convenía, de no dejar de amenazar pero siempre sabiendo que el crono restaba segundos a favor de España. Seguras desde los tiros libres el luminoso aumentaba a 15…  Una selección femenina de formación volvía a situarse en lo más alto, volvía a luchar por el oro en un campeonato. Y lo hacía desde la brillantez, desde la calidad, desde el carácter.