ÁREA DE COMUNICACIÓN FEB
Tras la decepción sufrida el domingo ante Portugal, con una cruel derrota tras desperdiciar una clara ventaja en la primera parte, la Selección mostró ese carácter que identifica a los equipos que aspiran a todo. No hay tiempo para el dolor, para la decepción y, en este tipo de campeonatos lo importante es pasar página lo antes posible y focalizar la atención en lo realmente importante. Así lo hizo España ante Bosnia y desde el salto inicial mostró dos aspectos diferenciales que habían desaparecido en la segunda parte ante Portugal. El primero la consistencia defensiva en la pintura y una vez consolidado el juego atrás, la soltura en ataque aprovechando mucho mejor la indiscutible calidad de unas jugadoras capaces de, como Flores, ver aro con mucha más facilidad, sin corsés, sin temor al fallo.
En el primer cuarto, anotación alta de España con un 23-15 inicial que evidenciaba todas las virtudes expuestas. Pese a su poca inspiración ofensiva, fundamental aportación de María Conde sumando rebotes y asistencias y ayudando al equipo a despegarse en el marcador. Lo también se sumaba al acierto, cerca del aro y al descanso la ventaja de nuestras jugadoras alcanzaba un esperanzador, nuevamente, 44-29, la misma ventaja de quince puntos que el partido anterior ante Portugal.
Pero esta vez en España llegó con la lección bien aprendida y no se dejó sorprender por el rival aunque para ello lo que hizo fue acelerar todavía más y convertir un marcador ilusionante en prácticamente definitivo. 59-31 en cinco minutos iniciales de una segunda parte en la que nuestra selección mantenía esa inercia positiva de la primera mitad. Itsaso Conde se unía al acierto ofensivo y con ella Maite Cazorla en un festival ofensivo en el que Laia Flores seguía sumando desde el perímetro consiguiendo superar los treinta puntos de ventaja (71-40 al final del tercer cuarto).
El último cuarto (22-9) sirvió para vivir el campeonato desde la tranquilidad y la ambición de saber que hay calidad suficiente como para aspirar a todo en los cruces y que la segunda mitad ante Portugal fue un triste accidente ante una selección anfitriona dura difícil que buscaría la primera posición del grupo en el partido siguiente ante Polonia. España aumentó la ventaja consiguiendo un resultado contundente demostrando haberse recuperado a lo grande.