Una de las jugadoras que ha vivido en primera persona esta evolución del equipo ha sido Arrate Aguirre Muñoz, que es la única de la plantilla que lleva en el club desde que se fundó en 2010.  “Ha sido un sueño el haber conseguido este ascenso a la Liga Femenina con mi equipo de toda la vida. No me lo termino de creer”, nos explicaba la alero tras conseguir el Araski el ascenso deportivo al ganar al Snatt’s Femení Sant Adrià en la final de la Fase Final. “Poca gente esperaba que nosotros íbamos a conseguir el ascenso. Nadie nos daba entre los favoritos. Eso no ha permitido ir de tapados. Nosotros dijimos ya que hemos venido a Cáceres vamos a intentarlo. Fuimos pensando en partido a partido, y cada encuentro lo planteamos como una final. Conseguimos imponer una gran defensa y no dejamos de creer en nosotras mismas. Funcionamos como equipo más que en la Liga regular. La ilusión que teníamos todas las jugadoras nos llevó a rendir a este gran nivel”.

Aguirre tuvo la mala suerte de lesionarte en el encuentro del Araski ante el Fundal Alcobendas y no pudo jugar ni el partido intrascendente ante el Grupo EM Leganés ni la final ante el  Snatt’s Femení Sant Adrià. “Lo llevé bastante mal porque estaba en la grada y me daban ganas de saltar a la pista y ayudar a mis compañeras. Estaba muy nerviosa. Toda la vida en el club y no jugar el partido en el que se juega el equipo el ascenso deportivo a Liga Femenina claramente no gusta. Lo importante es que lo hemos conseguido”. 

Lo sorprendente de este equipo es que se fundó hace seis años en 2010, un proyecto llamado “Tiempo de chicas” y que se hizo con el objetivo de impulsar el deporte femenino en la ciudad. Se unieron los dos clubes de Vitoria para formar el Araski. Tres temporadas después en 2013 ascendió a la Liga Femenina 2. En sus dos primeras campañas en esta categoría peleo por no descender, pero en esta ha dado un paso adelante con la llegada al banquillo de Madelén Urieta. Hicieron un equipo con jugadoras jóvenes y de la tierra y  ficharon a extranjeras comprometidas como Nicole Griffin o Iwuoha. No arrancaron bien el curso, ya que sólo ganaron un partido de los cinco primeros. Poco a poco fueron mejorando y acercándose a los puestos dela Fase Final. Su jugadora Sara Ortega superó un cáncer y eso fue una inyección de moral para el equipo. En la segunda vuelta tuvieron una gran disputa con el  GDKO Ibaizabal por la segunda posición. Acabaron la Liga Regular en su mejor momento del año y con 6 victorias seguidas. Ya que todas sus jugadoras estaban completamente adaptadas y funcionando como equipo. 

Así que llegaron a la Fase Final de Cáceres de dulce y sin nada que perder, tras un desplazamiento en furgoneta. Primero batieron a sus vecinos vascos, después vencieron a uno de los favoritos como el Fundal Alcobendas, perdieron en un partido intrascendente ante el Grupo EM Leganés cuando ya estaban clasificadas para las finales como primeras. Una machada que nadie se imaginaba y todavía faltaba lo mejor. Se salieron ante el al Snatt’s Femení Sant Adrià en la gran final. Además por su amplia victoria ante las catalanas acabaron como campeonas de la Fase Final. Un equipo que ha ido creciendo desde la defensa y conforme se ha ido desarrollando el torneo. Por dentro Nicole Griffin (15 tantos, 6 rebotes y 19 de valoración) y Iwuoha (12,5 puntos, 6 rebotes y 14 de valoración) dominaron el juego interior. Por fuera Cecilia Liñeira estuvo muy acertada y promedió 10 puntos por encuentro. “Lo vivido en Cáceres ha sido como un cuento y que ha tenido un final feliz. Ahora esperamos seguir con nuestro sueño y jugar en Liga Femenina”, finaliza Arrate Aguirre Muñoz.