A lo largo de los años ochenta y primeros noventa del pasado siglo, Kevin McHale (Hibbing, Minnesota, 19/XII/1957), fue una pieza clave en los Boston Celtics que jugaron cinco finales y lograron tres títulos (81, 84 y 86) de la NBA.
JUAN ANTONIO CASANOVA
No conoció otro club como jugador más que el que le eligió en tercera posición del “draft” de 1980, después de destacar en la universidad de Minnesota, que en 1995, coincidiendo con el centenario del centro, le distinguió como el mejor jugador de su historia. En 1979 ganó los Juegos Panamericanos y la Universiada con la selección estadounidense.
Siete veces “All Star” y miembro del equipo ideal de la liga en 1987, McHale era un jugador interior, ala pívot o pívot, rocoso y sumamente fiable, que en un momento dado llegó a ser el cuarto mejor pagado de la liga. Pero a veces sus entrenadores preferían utilizarle como sexto hombre. Eso sucedía, por ejemplo, con K.C. Jones al comienzo de la temporada 84-85, hasta que en febrero se lesionó Cedric Maxwell en la rodilla y McHale pasó a ocupar su puesto de titular como ala pívot. Y como tal protagonizó las dos actuaciones más brillantes en ataque de su vida. El 3 de marzo marcó 56 puntos (10 más de los que había sumado entre sus tres partidos anteriores de titular) en una victoria por 138-29 ante Detroit, con una verdadera exhibición de puntería: 22/28 tiros de dos y 12/13 tiros libres. Además capturó 16 rebotes, incluidos diez ofensivos, nueve de los cuales convirtió en canasta. Por una vez dejó en segundo plano la aportación de Larry Bird, aunque éste logró un “triple doble”: 30 puntos, 15 rebotes y 10 asistencias.
“Yo soy básicamente un jugador de complemento, pero mis compañeros me han dado magníficos pases que me han dejado en buena posición”, afirmó entonces en un ejercicio de modestia. “La única vez que había anotado tantos puntos fue en un partidillo cuando tenía 12 años. Y entonces estuvimos jugando casi cinco horas”.
Dos días después, en el Madison, con triunfo sobre los Knicks por 100-102, McHale logró la segunda mayor anotación de su carrera: 42 puntos.
No deja de ser curioso que aquellos 56 puntos fueran el récord histórico de un equipo en el que habían jugado estrellas del calibre de Couy, Havlicek (lo tenía él en 54), Russell o el propio Bird. Aunque a McHale le duró bien poco, nueve días exactamente. El 12 de marzo Larry Bird llegaba a 60 en una victoria en Atlanta (115-126).