“Estoy muy contenta de estar jugando mi tercera temporada en la máxima categoría femenina y con el equipo en el que llevo jugando toda mi carrera el Campus Promete, es algo que ni me imaginaba cuando empecé a jugar al baloncesto”, nos empieza a explicar una muy sincera Paula Estebas que es la joven representante del baloncesto riojano, desde los nueve años en el club, ascendiendo y progresando de manera pausada a la vez que el primer equipo del Campus Promete pasaba de categorías autonómicas a nacionales y ella jugando con más mayores desde que era cadete. “En cadete ya estaba jugando en primera nacional  y a los 18 años en Liga Femenina 2. He tenido la ventaja de que el equipo ha ido ascendido de categoría conforme yo iba creciendo, eso me ha permitido tener todas estas oportunidades, es como un sueño hecho realidad todo lo que estoy viviendo”.  Además la jugadora ha compaginado está increíble progresión en el baloncesto con los estudios. “He estudiado matemáticas y el año pasado hice un master de profesorado. En este curso he parado para centrarme en el baloncesto”.

La base es el timón y la imagen local del Campus Promete. Es el espejo en el que se miran muchas de las integrantes de los equipos de cantera de club porque es logroñesa y criada en el equipo de esta ciudad. “Soy la única jugadora de Logroño de la primera plantilla y eso hace que mucha gente me pare por la ciudad, las jóvenes para pedirme fotógrafos y los adultos para darme ánimos. También ayuda que voy a todos los Campus y actos de club. También soy delegada del equipo junior y segunda entrenadora del infantil. Me gusta mucho ayudar a la cantera del equipo y ser un nexo entre las jugadoras y el entrenador de los equipos de la cantera”. También ayuda a las nuevas jugadoras que llegan a la primera plantilla al conocer como nadie el club.

Paula Estebas, a sus 23 años, está jugando ya su tercera temporada en la máxima competición, la Liga Femenina 1. Además en las tres ha sido pieza esencial en su equipo el Campus Promete y no ha bajado en ningún curso de 20 minutos por partido en pista. “El primer año en Liga Femenina estaba nerviosa porque no sabía cuánto tiempo iba a estar jugando en esta competición e iba más alocada en el juego. El segundo me sirvió para adaptarme del todo a la liga y en esta tercera ya con la competición conocida he podido centrarme en mejorar individualmente. Ahora soy una jugadora más completa y puedo aportar en varias facetas, ante me centraba más en anotar. Noto que soy más madura. Estoy en uno de mis mejores momentos. Estoy muy contenta con lo que he conseguido, es un gran premio a todo el trabajo que he hecho”. Y eso que la jugadora no acabó bien el curso anterior: “Terminé la temporada anterior con problemas físicos y eso ha hecho que en este me costara arrancar. Pero ya he cogido el ritmo. Mi juego es muy físico y eso me obliga a estar bien físicamente para rendir a un buen nivel”.

Pero la riojana no se conforma con todo lo conseguido y quiere seguir mejorando. Lo que demuestra su inconformismo. “Mi objetivo es llegar a lo más alto que pueda en esta liga y que el equipo sume victorias. En esta competición puedo mejorar mucho como base por el gran nivel que hay de las jugadoras en esta posición. En cada encuentro que juego aprendo algo. Al técnico, Andreu Bou le gusta jugar con dos base en la cancha y eso me favorece”.  

Su equipo, el Campus Promete ha tenido un arranque de temporada muy irregular. Ahora se sitúa en octava posición de la clasificación con tres victorias. “Empezamos regular la temporada porque nos faltaba formarnos como equipo y tuvimos algunas lesiones, luego mejoramos y ya en estas últimas jornadas no hemos podido ganar al enfrentamos seguidamente ante los tres primeros Gernika, Perfumerías Avenida y Girona. En estos tres encuentros hemos dado la cara y hemos competido muy bien. Ahora ya tenemos que seguir con la progresión y sumar victorias. Vamos en línea ascendente. Si seguimos así acabaremos bien la primera vuelta”,