El resultado final (118-35) evidencia una gran diferencia de nivel, técnico, físico y de ritmo competitivo pero en común, todas las jugadoras que saltaron al parquet esta tarde sábado, tuvieron la ilusión por disfrutar unidas por este maravilloso deporte llamado baloncesto. Unas van hacia convertirse en jugadoras de alto nivel, hacía campeonatos internacionales y ligas de élite mientras otras hacia un baloncesto competitivo también pero seguramente menos mediático. No es importante y mucho menos cuando hablamos de jugadoras menos de 16 años que sienten por el baloncesto la misma ilusión. 

Fue un partido que sirvió a la selección española para seguir acercándose hasta el rimo que pretende imponer desde la intensidad en la defensa y la velocidad en las transiciones. En medio de dos partidos antes selecciones internacionales como Alemania ayer y Turquía mañana, ese encuentro representó poder jugar sacándose de encima los nervios que condicionaron muchos ataques en el juego ante las germanas.  Para las jugadoras de la selección  asturiana el partido sirvió de reto de verse delante de las mejores jugadoras españolas de su generación. De máxima ilusión y motivación para, desde sus respectivos clubes, seguir creciendo deportivamente.