LIGA FEMENINA
CB Conquero, pequeños secretos del gran éxito
5/12/2015 - 1:35 PM
El baloncesto en Huelva ha vuelto a sonreír. Y los que amamos este deporte estamos orgullosos de ello. Ni los más optimistas podían imaginarse en el mes de septiembre lo que nos iba a deparar esta temporada. Todos los estamentos del club preparaban ilusionados lo que sería la tercera temporada del CB Conquero en la máxima categoría nacional. ¡En la máxima categoría nacional! El equipo de baloncesto femenino más representativo de Andalucía volvía a pasear el nombre de Huelva por toda la geografía española.
DPTO. COMUNICACIÓN CB CONQUERO
Los servicios médicos del club han dado este año un gran salto de calidad. A la colaboración incondicional que el doctor Ignacio Vázquez viene prestando desde la fase de ascenso del primer equipo, esta temporada se incorporó un especialista en medicina del deporte, quien ha pasado de prestar sus servicios de forma puntual a pasar consulta dos veces a la semana y a disponer de dos horas diarias de fisioterapeuta. Todo ello, en el mismo polideportivo donde entrenan.
Al igual que los demás departamentos del CB Conquero, el servicio médico se disponía a planificar el año. Un año que volvía a ser toda una aventura para estos locos del baloncesto onubense. Un año de ilusión, de esfuerzo, de alegrías y de alguna que otra pena, donde todos tenían un claro objetivo: conseguir que el CB Conquero fuese un equipo peleón para asentarse en el mapa nacional del baloncesto femenino profesional.
Los componentes del servicio médico del club intuían que iba a ser un año duro. Con sólo ocho jugadoras profesionales, apoyadas por jugadoras de una prometedora cantera, y larguísimos viajes en autobús, sabían que sus manos iban a ser importantes para el devenir del equipo. Lo que probablemente no se imaginaban es que iban a ser fundamentales.
Carlos Valles, preparador físico del equipo, se ponía el mono de trabajo para planificar la temporada. Un trabajo, aparentemente sencillo, pero que cuando se trata de equipos profesionales va mucho más allá del entrenamiento. Repartir las cargas de trabajo, hacer trabajos específicos, valorar la intensidad en los entrenamientos, colaborar en la rehabilitación y recuperación y, sobre todo, intentar conseguir que cada una de las jugadoras llegue a su punto máximo de esfuerzo sin sobrepasar esa línea que la llevaría directa al otro lado del gimnasio.
En el CB Conquero el gimnasio tiene un significado especial. Para Carlos Valles, el fisioterapeuta y enfermero Carlos Lorenzo y para el médico especialista en medicina deportiva José Luis Camacho, el gimnasio era más que una sala con máquinas. Junto a las pesas, esterillas, pelotas de pilates y mancuernas se encontraba uno de esos lugares por los que las jugadoras nunca desean pasar pero que, una vez que tienen que estar allí, intentan hacerlo suyo. Era casi una pequeña clínica donde el equipo formado por el preparador físico, el fisioterapeuta y los médicos del equipo prevenían, trataban y recuperaban las lesiones, molestias y dolencias de estas guerreras.
Su trabajo en equipo, donde la sinergia podría compararse con la jugadora que da una gran asistencia a una compañera para que anote la canasta ganadora, es fundamental para el equipo esté siempre a punto. Su trabajo es básico en un club profesional y hoy en día muchos esfuerzos de clubes punteros van destinados al servicio médico. Las directivas que quieren que su equipo rinda siempre al cien por cien y que cada uno de sus jugadores dé el máximo en cada partido, destinan una significativa partida del presupuesto anual a su servicio médico. Recientemente, un artículo publicado en marca.com sobre el gran rendimiento de Pau Gasol en la NBA a sus 34 años decía: Desde hace seis años, Pau tiene a su servicio un equipo de excelentes profesionales de la medicina deportiva, un grupo de expertos que le han ayudado a consolidarse en el éxito. Alma de doctor, siempre tuvo interés en cuidar su cuerpo para prevenir lesiones, mejorar su producción en la cancha y prolongar su carrera.
Estamos hablando del mejor jugador español de baloncesto de todos los tiempos y que confiesa que, para estar al cien por cien, no busca grandes entrenadores o grandes profesionales que le mejoren en el tiro, el rebote o le enseñen sobre el timing del partido. Se va a los profesionales de la medicina que son quienes te enseñan y te ayudan a luchar contra ti mismo. Contra un tobillo que ha sufrido un esguince, una rodilla recién operada, contra una muñeca fracturada o contra las molestias musculares propias de quien entrena a diario.
Sólo las jugadoras que pasan largos ratos con Carlos Valles, Carlos Lorenzo, o acuden a José Luis Camacho o Ignacio Vázquez cuando los necesitan, saben realmente la importancia que ellos tienen en su juego, en hacer que el equipo haga una gran defensa o en que una jugadora robe un balón. Sólo ellas saben la importancia que han tenido en las rachas de victorias del equipo o en haber llegado hasta la final de la Copa de la Reina. Sólo ellas saben quiénes son estos ángeles de la guarda que le ofrecen mucho más que sus manos a la hora de recuperar una lesión. Sólo ellas saben lo importante que son en el devenir del EQUIPO. Un equipo que va mucho más allá de los cuarenta minutos que dura un partido y donde el trabajo de cada uno es una pieza perfecta para que el puzle encaje.