MIGUEL PANADÉS/ÁREA DE COMUNICACIÓN FEB

Zaragoza acogió a las selecciones U15 Masculina, U15 OT y U15 Femenina mientras las selecciones U16 Masculina y la U16 Femenina empezaban ya a poner las primeras piedras de cara al los futuros Europeos del verano en el extranjero. Los chicos viajaron a Eslovaquia, las chicas, a Francia. Las cinco selecciones vivieron todas las sensaciones necesarias en este tipo de torneos de preparación obteniendo como resultado fundamental, la sensación de satisfacción por haber aprovechado el tiempo para crecer deportivamente.

Las concentraciones de finales de año tuvieron continuidad durante la Semana Santa y nuevamente los futuros talentos de nuestro baloncesto femenino y masculino se reunieron para convivir, para conocerse, para competir contra rivales, en algunos casos locales, en otros de alto nivel internacional. Los procesos de nuestras selecciones son medidos al detalle por un Gabinete Técnico que introduce en U15s las primeras sensaciones vistiendo la camiseta de España para, una vez en U16, permitir vivir unas experiencias internacionales ante rivales de mayor dificultad con el fin de evitar sorpresas en la gran primera experiencia de máximo nivel continental como es el Europeo U16.

Durante estos días de fiestas escolares de Semana Santa, el baloncesto joven ha vivido con la intensidad propia de quien arranca con máxima ilusión. Los Campeonatos de España mini e infantiles, celebrados en San Fernando y Zaragoza respectivamente, representando el excelente trabajo en la iniciación de las Federaciones Autonómicas para, a partir de ahí, la proyección internacionales de las selecciones U15 y U16 con esos nuevos talentos detectados muchos de ellos precisamente en los campeonatos de España y enfilados ya hacia un baloncesto de élite.

Como siempre repite tanto el Director Deportivo de la FEB Ángel Palmi y con él los diferentes seleccionadores nacionales, los éxitos del verano empiezan siempre a fraguarse durante el invierno y la primera. Diciembre y Abril son meses de verano para nuestras selecciones jóvenes. De ahí la importancia de estas concentraciones previas, de esos torneos U16 frente a rivales que se convertirán en adversarios durante en julio. Torneos que sirven tanto para avanzar en convivencia, en conocimiento personal y deportivo y para ir incorporando los primeros aspectos tácticos que ya en verano sirvan de hoja de ruta para afrontar los retos oficiales.

Y como el baloncesto vive permanentemente ligado entre la élite y la base, entre los que empiezan y los que ya se han consolidado, la Semana Santa ha vivido inmersa en emociones jóvenes y también de las competiciones FEB con la Liga Femenina volcada en la lucha por el título, la Liga Femenina 2 definiendo candidatos al ascenso y las Ligas Adecco proyectando a los campeones de la fase regular que se ganarán el derecho a subir de categoría. Una actividad que no cesa y que impulsa permanentemente nuestro deporte.