Miguel Panadés

La suma de experiencias iniciadas en diciembre por este grupo de jóvenes talentos en Iscar tuvo su continuidad durante este fin de semana en la localidad Eslovaca de Pezinok, con tres interesantes partidos internacionales en los cuales pudieron vivir todas esas sensaciones que unen, tanto desde la dificultad, desde la alegría, también la decepción y, por último, la satisfacción del deber cumplido. Vestir la camiseta de España en el extranjero siempre se convierte en una experiencia singular y es por ello que el Gabinete Técnico busca esos primeros retos lejos de casa con el fin de que ese primer gran campeonato internacional que significará el próximo Europeo de Lituania sea recibido con menos sorpresa.

España se proclamó campeona de un Torneo en el que derrotó ampliamente a Polonia e Inglaterra y cayó en la prórroga ante la anfitriona Eslovaquia aunque la combinación de resultados la aupó a un merecido primer puesto. Ganar de manera contundente a Polonia llegó de la mano de un gran partido en el que se confirmaron las buenas sensaciones con las que se dejó Iscar. Frente a Eslovaquia la experiencia fue enriquecedora porque se buscaba precisamente un partido difícil, incluso ligeramente cruel, con arbitraje duro, con momentos de tensión propios de partidos internacionales. Estaba ganado y se empató y volvió a estar ganado en la prórroga y se perdió. Pero esa decepción puntual y habitual en cualquier campeonato tuvo la respuesta adecuada basada en el orgullo, en las ganas de reencontrarse con buenas sensaciones y frente a Inglaterra surgió de nuevo la mejor España, esa que es capaz de echar de la pista al rival. Así son grandes los equipos, reaccionando con energía tras un tropiezo.

Unai Mendikote y Sergi Martínez fueron incluidos en el mejor quintero del campeonato y este último, un “cuatro” de permanente amenaza abierta, fue capaz de ir a 52 de valoración en un partido en el que dejó claro su capacidad para sumar activos para el equipo. Destacaron individual y objetivamente estos dos jugadores pero además el resto demostró lo que ya surgió en Iscar y es que esta selección tiene en el colectivo la gran fuerza de cara a competir contra cualquier rival.

David Soria, seleccionador, mostró esa satisfacción y a la vez consciencia de necesidad de mejora. “El rendimiento del equipo ha guardado relación al demostrado en Iscar y además ha tenido la oportunidad de encontrarse en unas dificultades que era necesario vivir antes del verano. Está claro que aquí está base de una selección U16 que ha tomado conciencia de la realidad del baloncesto internacional cuando se compite lejos de España. Sin duda ha sido una experiencia muy interesante”.