MIGUEL PANADÉS / ÁREA DE COMUNICACIÓN FEB

Una primera y contundente victoria ante rival siempre duro, siempre complicado como es la República Checa (85-65) y, al día siguiente, nueva demostración de talento esta vez ante Holanda (50-80) ratificando lo que ya se intuyó durante la primera concentración en Navidad; estamos ante otra buena generación de nuevos talentos. ¿Son importantes los resultados en los torneos de preparación? Pues con la idea de adquirir y mantener una inercia ganadora, con el objetivo que muchas veces se transmite entre bastidores de “marcar el terreno” antes de la batalla, siempre resulta rentable avisar a todos los adversarios de que esta imbatible España U16, dominadora del continente baloncestísitico desde hace varios años, sigue a tope, sigue fuerte, sigue con la ambición intacta.

Cada año nuevas jugadoras que se enfrentan a ese apasionante reto de competir internacionalmente y como siempre y desde el Gabinete Técnico la decisión de que conviene seguir acelerando los procesos y vivir las primeras dificultades lejos de casa antes de que lleguen las verdadera e implacables durante el Europeo del verano. Y para que así sea España se desplazó a Francia, y ahí se vio las caras frente a rivales duros. Superadas las dos primeras pruebas falta la de Francia, en ese tipo de partidos especiales, en ese tipo de retos que vales la pena conocerlos desde dentro. De momento, satisfacción por un buen trabajo del grupo que dirige Andreu Bou.

Andreu Bou, seleccionador U16, mostró su satisfacción por el trabajo colectivo realizado hasta el momento y avisó de las dificultades que esperan ante Francia. “Las sensaciones están siendo muy positivas entendiendo que nos estamos conociendo. Hemos firmado muy buenos minutos y ahora lo que hemos de ser capaces de conseguir es más continuidad. Francia presenta, como siempre, la selección con más calidad atlética. Veremos nuestra capacidad para contrarrestar en la pista esa desventaja física”.

IMPOSIBLE ANTE FRANCIA

La Final del Torneo Le Poinçnonnet llevó a España a tenérselas que ver con una potente Francia capaz, desde una gran fortaleza física, de imponerse inhabilitando nuestro ataque. Experiencia muy positiva de cara a un futuro siempre optimista porque pese a las dificultades vividas España siempre dio la cara y acabó el partido demostrando que volverá a luchar por todo.

De eso se tratan esas experiencias previas a las de los propios Campeonatos oficiales. De vivir las diferentes caras que pueden ofrecer los partidos internacionales, tanto la de las victoria y la de saber navegar con el viento a favor como la de saber reaccionar ante la dificultad, comprobando la dureza de unas rivales duras en lo físico y especialmente motivadas en lo emocional. Porque hoy en día jugar con España, tanto en baloncesto masculino como femenino, en élite y formación, se convierte en enormes retos para todos los países y, en el caso de Francia especialmente cuando juegan en su pista, un desafío todavía mayor.

Un 12–6 del primer cuarto evidencio la dificultad de nuestras jugadoras para poder encontrar caminos hacia el aro contrario. La intensidad gala negó líneas de pase, neutralizó situaciones de uno contra uno y por supuesto impidió poner en práctica los sistemas trabajados para este partido. Una tónica similar aunque con acciones con algo más de espacio se vivió en un segundo cuarto que llevó al descanso un marcador de 32-20.

A remolque en el marcador España tuvo que remar contracorriente, no sólo contra el rival y el ambiente sino contra la propia ansiedad por ver como la ilusión por hacerse con el torneo se desvanecía. Al final de tercer cuarto el marcador reflejaba 52-37 y en el último cuarto el orgullo, la calidad, el carácter ganador de las nuestras las llevó a seguir peleando hasta el último suspiro reduciendo diferencias y metiendo el miedo en el cuerpo a las locales. Esas sensaciones finales de capacidad de poder con todo serán con las que inicien los próximos retos (66-56) -estadística-.