FRANCISCO RABADÁN / ÁREA DE COMUNICACIÓN

A falta de mayor talento, los Milwaukee Bucks apostaron ayer por jugar al límite del reglamento en pos de intentar vencer a los Chicago Bulls. El equipo de Jason Kidd se empleó con suma dureza en varias acciones que dejaron golpes importantes en los jugadores españoles, pese a que no se produjo ninguna lesión grave. "Estos son los playoffs y si nos quieren ganar tendrán que sufrir. Aquí se juega físicamente", comentó el técnico de los Bucks.

En este escenario casi bélico -"se pareció más a un partido de fútbol americano que de baloncesto", dijo Mike Dunleavy-, Pau Gasol emergió como una fuerza defensivo importantísima para los locales. El de Sant Bou se marchó hasta los 16 rebotes y firmó cuatro tapones en un partido donde recibió constantemente dobles defensas. "Ya sabía que esto iba a suceder. Los 46 puntos que les metí hace algunos meses los recuerdan muy bien. Va a ser complicado repetir una actuación ofensiva así", dijo el español antes de la eliminatoria.

En su lugar, Jimmy Butler fue nuevamente el jugador elegido para encabezar el ataque de Illinois. Después de firmar 26 puntos en el primer choque, el escolta se elevó hasta los 31 en este segundo. "Tenemos tres grandes anotadores -Rose, Butler y Pau- y los sabemos aprovechar dependiendo de la situación del partido", añadió el técnico Tom Thibodeau.

Mirotic casi multiplicó por dos los 13 minutos de los que dispuso en el primer partido y se marchó hasta los 8 puntos y cuatro rebotes hasta que una pugna con el pívot Zaza Pachulia le retiró del choque a tres minutos del final. "Yo juego físico. Estos son los playoffs y para ganar se debe hacer así", excuso el georgiano, que acabó expulsado tras dar un codazo a Niko y posteriormente caer sobre su rodilla. El ala-pívot español es duda para el próximo viernes, cuando nuevamente se plantea una dura batalla en el Bradley Center.