De equipo hundido al fondo de la tabla a principal candidato a la permanencia en una Liga Adecco Oro en la que el Clínicas Rincón ha dado un importante paso al frente desde la llegada de Paco Aurioles al banquillo. Con dos triunfos consecutivos, los malagueños afrontan su futuro próximo con la convicción de poder reflotar definitivamente un proyecto espoleado por la experiencia de su tripleta veterana.
PABLO ROMERO / ÁREA DE COMUNICACIÓN FEB
Abocados durante toda la temporada a los últimos puestos de la tabla clasificatoria, en el Clínicas Rincón comienzan a ver la luz al final de ese largo túnel que está siendo la temporada 2014/15.
Tras su exitosa clasificación para el playoff por el ascenso del pasado curso pocos entienden la metamorfosis clasificatoria de un equipo que rejuveneció su plantilla otorgando un papel protagonista a los principales talentos de futuro del baloncesto malagueño. Una apuesta arriesgada que ha dado sus frutos en el plano individual pero a la que le ha costado encontrar su camino en el terreno colectivo en un año lleno de altibajos.
Transcurridas 27 jornadas de competición el equipo respira algo más tranquilo tras dos victorias consecutivas, la última de ellas ante un rival directo, y con las que el equipo ha logrado invertir su situación para depender únicamente de sí mismo. Dos triunfos más servirían para asegurar la permanencia en una liga en la que han evolucionado a través del crecimiento de tres veteranos curtidos en mil batallas: el escolta Alfonso Sánchez, el histórico pívot Richi Guilén y el “recién llegado” Paco Aurioles, un hombre con sello de la casa en una Liga LEB que conoce mejor que nadie.
Paco Aurioles, de la pista al banco y del banco a la pista:
Corría la campaña 1996/97 cuando la por aquel entonces Liga LEB levantaba el telón a sus primera campaña encumbrando hacia la ACB a las plantillas de CB Huelva y Caja Cantabria.
En las filas del conjunto cántabro, llevando el peso de la dirección del equipo, pudo verse a un resolutivo Paco Aurioles que, con su juego, destacó en una competición a la que regresó años más tarde como entrenador para asumir el debut del Clínicas Rincón en la competición. Una experiencia interrumpida por su salto al primer equipo como escudero de Sergio Scariolo y redondeada incluso con una experiencia asiática como técnico de los Shanxi Zhongyu Brave Dragons junto a Chus Mateo.
Un viaje al imperio del sol naciente que figuraba en su hoja de servicios como su última experiencia en un banquillo hasta que el parón propiciado por la Copa Príncipe le entregó, a finales del mes de enero, la posibilidad de volver a una Adecco Oro en la que se mueve como pez en el agua: “En el fondo yo soy un tío de cancha y esto es lo que me gusta. Antes me gustaba jugar y ahora lo que me gusta es dirigir por lo que volver a las pistas para afrontar este reto ha sido algo muy satisfactorio. Sabía que la vuelta a los banquillos no iba a ser sencilla ya que me encontraba dentro del organigrama del club y conocía la situación del equipo pero estoy contento con haber podido volver a una liga tan exigente como la Adecco Oro en la que se valora tanto el trabajo de los entrenadores y en la que tienes una gran autoexigencia teniendo que ir partido a partido, sin planificaciones a largo plazo y preparando al máximo cada partido algo que te pone a prueba cada día”.
Un reencuentro entre protagonista y competición que ha devuelto a Paco Aurioles a la primera plana de una Adecco Oro con la que se encontró por primera vez 18 años atrás y en la que ha hecho prácticamente de todo: “Bueno, de todo salvo arbitrar pero eso es lo más difícil de todo y no creo que tuviera fuerzas… Son tantas temporadas que emociona pensar que he sido desde jugador a entrenador pasando por diferentes puntos del organigrama del Clínicas Rincón. Si tuviera que quedarme con una, ahora mismo te diría que me quedo con el poder entrenar ya que me encanta la acción que vives desde dentro de la cancha, pero si apareciera alguien que me diera la oportunidad de volver 20 años atrás para poder ser de nuevo jugador no lo dudaría ni un minuto. Lo que vives desde dentro de la pista a través de tu confianza o lo que sentí con aquel ascenso en Torrelavega te permite sentirte el protagonista principal de una historia de la que eres un privilegiado”.
Un cambio de mentalidad para poder crecer:
Regresó al banquillo del Clínicas Rincón el pasado 28 de enero y lo hizo con el firme convencimiento de poder invertir la situación de un equipo al que había seguido muy de cerca desde su cargo de director general.
Esas fueron sus palabras durante su rueda de prensa de presentación y, en sus dos primeros meses al frente del equipo, no ha defraudado a una afición a la que trató de espolear en paralelo al crecimiento del equipo: “Desde el primer día el objetivo fue animar a los jugadores para que se dieran cuenta de que, además de atender a su formación, debíamos atender al trabajo competitivo del equipo en la Liga. Hemos tratado de olvidarnos de la presión que teníamos de tener que ganar para poder seguir adelante aprendiendo a competir muy bien en cada partido a través de un cambio anímico que nos ha llevado a lograr dos triunfos consecutivos. Hemos experimentado una mejora individual de cada jugador que ha desembocado en una mejora colectiva como equipo lo que ha reducido la ansiedad del equipo”.
Pero… ¿qué ha cambiado exactamente sobre la cancha para que se haya producido ese cambio de dinámica? Aurioles tiene claro que el trabajo psicológico ha dado los frutos deseados a la hora de poder optar al triunfo en cada encuentro: “Los jugadores son los mismos que durante toda la temporada pero ahora comienzan a disfrutar de la categoría, han sabido abstraerse de la presión y se sienten útiles sobre la cancha. Cuando se produce un cambio de entrenador siempre hay una mayor predisposición del jugador a la hora de entrenar y jugar para ganarse su confianza así que lo que se ha intentado es alargar esa situación en el tiempo haciéndoles sentirse valorados para que llegaran los resultados”.
Unos resultados que han permitido al equipo sumar dos triunfos consecutivos y que permiten a los malagueños mirar de cara a la lucha por la permanencia tras su triunfo ante un rival directo como el CB Prat pero… ¡Atención! Porque Aurioles no da opción a la relajación en su vestuario: “Hemos dado un paso muy importante pero sabemos que aún no hemos conseguido nada. Los dos últimos partidos del equipo han sido bastante buenos pero el jugado ante Prat tuvo un mérito especial por su dificultad y eso debe darnos una dosis de motivación extra con la que afrontar estos tres últimos encuentros. Estoy plenamente convencido, y así se lo he hecho saber a los jugadores, que el recuerdo que queda de una temporada está basado en parte por tu trabajo durante las últimas jornadas por lo que está en nuestra mano el poder terminar el año satisfechos desprendiendo unas ganas y una alegría diferentes a las que teníamos hace unas semanas”.