MINI 2015
Con todos ustedes,… los protagonistas del #Mini2015
3/31/2015 - 1:37 PM
Podemos hablar de entrenadores, de árbitros, de la repercusión económica del torneo en la Bahía de Cádiz, de los padres… pero los verdaderos protagonistas del Mini 2015 son ellos y ellas: los jugadores.
Tienen 11 o 12 años. Están viviendo un sueño; jugar un campeonato de España defendiendo a su selección, en campos de parqué, en régimen de concentración, en un hotel donde la Selección Española preparó el oro de Saitama en el 2006 o el de Katowice en el 2009. Juegan partidos con fotógrafos a pie de pista, la afición lleva camisetas con los nombres de todo su equipo… es el Mini para ellos, para los más pequeños.
Contaba Sergio Rodríguez que de su campeonato Mini recordaba que “cogimos un avión, nos alojábamos en un Hotel y jugábamos en campos cubiertos. Eso ya era una pasada para mí en aquel momento”. Es cierto que hay que partir de la premisa de que sólo un porcentaje muy pequeño seguirá pasando escalones y podrá llegar a la élite o a la semi-élite,… pero lleguen o no se acordarán de estos cinco días en San Fernando. Son más de 400 chicos y chicas, cada uno con su propia historia. Una historia personal que quedará en su recuerdo.
Como la de Alex Rubin de Celis, exterior de la selección masculina catalana, y hermano del jugador del Actel Lleida de Adecco Oro. Cumplió los doce años el día antes de llegar a San Fernando, y de regalo tuvo la visita sorpresa de su hermano, que consiguió un pase especial de su entrenador, Joaquín Prado, para ‘escaparse’ y ver jugar al pequeño de la saga. Siempre es bueno tener a tu referente cerca de ti, aunque como dice Alex “a veces le gano en los 1x1 que echamos en la canasta de casa.”
O el caso de de Oswaldo Aquino, de la selección de Madrid. De origen dominicano, su hermano ha sido campeón en varias ocasiones del Mundialito de la Integración que organiza la FEB en Madrid cada temporada y que supone un granito de arena en la ayuda para ayudar a la mejor convivencia de las diferentes nacionalidades que residen en la capital. Aquino está causando sensación por su técnica y su facilidad para jugar al baloncesto.
O la historia de Laura de la Vega, jugadora de Canarias, lesionada el primer día de competición y que ha vivido el campeonato en el lugar más difícil: el banquillo. Enfundada en una bandera de su Comunidad Autónoma, no deja de animar, de cantar, de meter en el partido a sus compañeras. El salto que dio cuando un triple en el último segundo les dio el triunfo ante Aragón casi le provoca una nueva lesión,… pero ése será otro momento para siempre. Sus padres no dudaron en encargar en la tienda un reportaje fotográfico de su hija para ese partido,… aunque no pudo saltar a la cancha.
O la increíble trayectoria de la jugadora de Extremadura Sira Hisado, que cumple su tercer campeonato Mini. En 2013 disputó el primero todavía con ¡9 años! Ahora, cumplirá los 12 en diciembre, es la ‘veterana’ del #Mini2015. Y posiblemente sea una de las causantes de que las canciones que se oyen en el Hotel Bahía Sur, cuando un grupo de jugadores o jugadoras del mismo equipo entran en el comedor, pasan por los pasillos, o camino de los apartamentos… sean las mismas que hace una década, en una labor casi de ‘juglares’ de la Edad Media.
O la lección aprendida por el número 12 de Melilla, Mario Ortega, que en el partido del lunes permaneció todo el último periodo en el banquillo. Había sido el mejor, aunque en algunos momentos pudo ‘pecar’ de individualista (un pecado menor en estas edades). Su entrenadora – la única mujer que entrena masculino – prefirió que descansara porque jugaban a las 9:30 de la mañana del día siguiente. El resultado: victoria ante La Rioja con Mario Ortega como uno de los mejores del partido. Otra experiencia para el recuerdo.
O la historia del equipo femenino de Ceuta, que ha perdido su ‘gran duelo’ con Melilla, y que se ve superado irremediablemente por sus rivales. Pero como afirman en el pasillo del Hotel, con una gracia espontánea, “este campeonato es una pasada, y cuando metemos una canasta… ¡no veas!” Quizás esa sea una de las frases que mejor resumen el Mini.