POR JOSÉ LUIS SÁEZ

Gestionar es también innovar. Y hacerlo en cualquier nivel de esa gestión con un único objetivo: el crecimiento global.

En ocasiones la innovación puede circunscribirse a los formatos de competición, para hacerlos más atractivos, en lo deportivo y en lo mediático, y abrirlos a quien verdaderamente sustenta la fuerza de un deporte: la afición.

Hace ya unos años desde la FEB propusimos lo que sin duda era una pequeña revolución en el formato de los EuroBasket. El haber vivido campeonatos con grandes equipos y extraordinarios jugadores en las canchas, e incluso con magníficos registros de audiencia en TVE pero con las gradas semivacías, nos hizo reflexionar.

De esa reflexión nació un proyecto, que se puso en práctica este verano 2015, aunque inicialmente más por necesidad que por convencimiento, y que ha resultado un éxito: repartir la fase inicial en varias sedes de distintos países, de modo que no sólo en cada una de ellas la Selección local fuera protagonista sino que además los grupos se pudieran completar en parte con la designación de uno de los equipos directamente por el país anfitrión en base a diferentes valores.

El resultado ha sido positivísimo: el EuroBasket con más afluencia de público de las últimas décadas, independientemente de la instalación de la fase final, adecuada con plaza para casi 30.000 aficionados. Y el baloncesto en un pabellón lleno es uno de los más grandes espectáculos deportivos del siglo XXI.

Si nuestro deporte sigue innovando, apostando por nuevas posibilidades, seguirá creciendo. La presumiblemente cercana presencia del formato 3x3 en el programa olímpico –por la que está trabajando desde hace años la FIBA- es otro de nuestros grandes valores de futuro.
Como lo es para nosotros el baloncesto femenino y todos los proyectos que desarrollamos en torno a las chicas, que se hacen doblemente ilusionantes empujados por éxitos como el que esta semana ha protagonizado Anna Cruz. Llegar a la WNBA, como lo hicieron otras jugadoras españolas antes, significa haber alcanzado un indudable valor internacional; de modo que llegar a disputar la gran final por el anillo es, además de un premio, un hito inolvidable en la carrera de una deportista. Nada nos gustaría más que celebrar dentro de unos días su condición de campeona.

Unas últimas líneas para desear la mejor temporada posible a todos los equipos que están ya en juego en nuestras competiciones LEB y Femeninas, que han arrancado aún con el eco del oro de Lille en boca de todos. El esfuerzo de todos los clubes por seguir creciendo –en lo deportivo y en lo social- tiene un extraordinario valor y es uno de los pilares sobre los que se debe asentar el futuro de nuestro baloncesto. Suerte pues a todos.

Y por supuesto felicitar al FC Barcelona Lassa por el título de Supercopa conquistado en Málaga, y a la afición en general por el excelente espectáculo que representan siempre unas gradas llenas, como lo han estado en el Martín Carpena.

Es la mejor promoción del Baloncesto.