Entre las muchas jugadoras del IDK Gipuzkoa lesionadas la pasada temporada, la peor parada fue Laura Arroyo, quien se dañó el hombro izquierdo el 6 de diciembre en la visita al Spar Gran Canaria y ya no volvió a jugar en todo el curso ya que tuvo que pasar por el quirófano para operarse de una “desinserción parcial del labrum”.
DPTO. COMUNICACIÓN IDK GIPUZKOA
Su regreso a la competición oficial se produjo el sábado 26 de septiembre en el partido contra el Zamarat en el Gasca que acabó en derrota, y este pasado sábado la alero donostiarra de 24 años volvía al Polideportivo La Paterna de Las Palmas de Gran Canaria. “Sí que en el calentamiento estaba un poco nerviosa porque me acordaba de lo del año pasado”, reconoce Laura. Nervios que desaparecieron con el inicio del partido porque tuvo una buena actuación, con un total de quince minutos disputados y siete puntos anotados, todos ellos antes del descanso.
Además, el IDK Gipuzkoa logró una solvente victoria: “La verdad es que fue un partido muy bueno, movimos muy bien el balón y acertamos. También defendimos bien y no dejamos a sus exteriores anotar”. El triunfo sirvió para olvidar el tropiezo inicial contra el Zamarat: “Estuvimos mal en el primer partido, no sé qué nos pasó, igual las ganas que teníamos jugaron en nuestra contra. Creo que nos parecemos más a lo que hicimos en Gran Canaria que al partido contra el Zamarat”.
Laura ha trabajado duro en verano para recuperarse de la lesión en el hombro: “Me molesta un poco realizando algunos movimientos, pero es un dolor puntual y luego no se me queda resentido, así que no me está limitando nada. Tenía muchas ganas de jugar porque llevaba sin disputar un partido oficial casi diez meses. Me estoy encontrando bien”. Ahora la donostiarra quiere conseguir la segunda victoria de la temporada ante el Star Center Uni Ferrol el miércoles en el Gasca: “Ya estamos pensando en ese partido, esperamos aprovechar el factor cancha”.
Forasté no pudo participar en Gran Canaria
La que seguirá con mal recuerdo de Gran Canaria es Miriam Forasté, que el año pasado se rompió allí la nariz tras recibir un codazo y este pasado sábado no jugó porque había arrastrado fiebre durante toda la semana. La pívot sigue siendo duda para el partido del miércoles.