PABLO ROMERO / ÁREA DE COMUNICACIÓN FEB

Los focos del Marta Domínguez comienzan a apagarse llevando la oscuridad a la cancha. Pasan unos minutos de la media noche pero, sobre su parquet, aún no se mueve nadie. Mientras los jugadores siguen celebrando la consecución del título con amigos y familiares los miembros de la junta directiva se abrazan emocionados ante la gesta lograda por su plantilla.

Una imagen con la que la edición 2015 de la Copa Príncipe entona su melodía de despedida y que encierra un gran simbolismo tras de sí con el mejor final posible para un sueño que comenzó seis años antes…

Un aniversario a la sombra de su hermana mayor

El 31 de enero siempre ha sido un día especial en Palencia desde aquella tarde en el año 2009 en la que los palentinos levantaron el título de campeones de la Copa Adecco Plata. Un trofeo que supuso un cambio de tercio en la historia de un equipo modesto, de esos que nacen a base de horas de trabajo en un patio de colegio y que fue capaz de vestirse de gala para el gran baile disimulando su condición de campesino.

Casi sin proponérselo y, rozando idéntica fecha, los palentinos volvieron a dar un nuevo paso al frente reeditando su propia historia con la consecución de su segundo título oficial, en esta ocasión, con su hermana mayor, una Copa Príncipe que permitió a la cenicienta de esta historia vencer a la media noche para seguir disfrutando de su gran fiesta atravesando esa franja horaria en la que siempre hubo -en años anteriores- un recuerdo para la pequeña de la casa.

La noche más larga en Palencia y con menos horas de sueño en la historia del club no impidió a los palentinos seguir soñando despiertos con un prometedor futuro pero… ¿Hasta dónde llegará la entidad presidida por Gonzalo Ibáñez?

Tan sólo el tiempo podrá desvelar esta incógnita, mientras tanto, en Palencia siguen disfrutando.

CONTINUARÁ…