ALFONSO POLANCO / ALCALDE DE PALENCIA

La ciudad de Palencia está de enhorabuena por un doble motivo. En primer lugar por albergar la final de una competición tan importante como es la Copa Príncipe, en la cuál se baten los dos equipos con mejores resultados al término de la primera vuelta de la Adecco Oro, considerada por los expertos en la materia como la quinta en el escalafón mundial.

Y en segundo por comprobar que el equipo de nuestra tierra está dando la cara en dicha liga, acabando como líder esa primera fase de la competición, logro que nos va a permitir disfrutar en nuestra propia casa de un partido del máximo nivel de exigencia.

Encuentro en el que se juega nada más y nada menos que un título, aquel que vimos como posible durante algunos minutos en Andorra el pasado año y que, de conseguirse en esta ocasión, vendría a suponer la confirmación de un proyecto que ha ido quemando etapas desde que iniciara su andadura allá por el año 2000 y que se ha erigido por méritos propios en el principal referente deportivo de capital y provincia.

Pero más allá del aspecto meramente competitivo, lo que han conseguido todos los integrantes de esa gran familia conocida como Palencia Baloncesto a lo largo de todos estos años, es que cada día que hay partido en nuestro querido Pabellón Marta Domínguez, su imagen no pueda ser mejor. Localidades repletas de familias, amigos, compañeros de trabajo, niños... que tienen la 'culpa' de que la atmósfera que se respira sea realmente envidiable, tal y como constatan todos los que por aquí pasan. Un ambiente que engancha desde el primer segundo y que predispone a pasar un buen rato. Me atrevería a decir que incluso en algunos casos, independientemente del resultado final

Por estas cosas, además de por otras, tales como la indispensable e imponderable contribución que la entidad realiza en aras de difundir la imagen de Palencia, o la labor que realiza en la promoción de la actividad deportiva entre nuestros más pequeños, como fórmula indispensable para crecer de forma saludable, todos los palentinos nos sentimos orgullosos de este club. De comprobar que el trabajo serio y riguroso realizado durante tantos años está dando sus frutos. Y, sobre todo, de haber llegado a conseguir que Palencia sea la sede de un evento tan importante.

Ahora sólo queda que el partido responda a la expectación creada alrededor del mismo, que los jugadores y equipos nos hagan vibrar, y que gane el mejor, porque estoy convencido de que los palentinos, a las puertas de la celebración de la fiesta de su patrona, la Virgen de la Calle, van a responder como este evento se merece.