Miguel Panadés

AMBIENTE LOCAL

España se encontró con el esperado ambiente en el pabellón, con casi dos mil aficionados volcados a favor de una selección lusa que está ilusionando por su capacidad competitiva. Costó arrancar y aunque con ciertas diferencias favorables, las nuestras tuvieron que pelear en cada ataque y defensa ante un rival empujado por la grada. Al final del primer cuarto Portugal vencía por 17-15.

PRIMER DESPEGUE ESPAÑOL

Un 0-12 de España provocó la primera sensación de miedo en la grada. España se marchaba 20-27 pero los tiempos muertos, la presión de la grada y la ambición de las locales nivelaron el marcador llegándose al descanso con mínima ventaja española (25-27). Salvadores se había mostrado como la más inspirada en ataque en un partido marcado por las imprecisiones de las de Evaristo Pérez en el tiro exterior (0 de 10).

CAMBIO DE DECORADO

El descanso fue bien para España que salió del vestuario mostrando más tranquilidad y aunque el tiro exterior seguía siendo un lastre el acierto en penetraciones y la eficacia defensiva permitía una segunda escapada en el marcador (29-41) con Ángela Salvadores en estado de gracia. España crecía cada vez más en defensa y a la vez conseguía atacar con la confianza de ver como el viento ya soplaba a favor (32-47). Sin embargo, un parcial de 7-0 al final del tercer cuarto llevó al marcador un algo más inquietante (39-47). En esta fase del partido Salvadores sumaba ya 21 puntos.

VENTAJA BIEN ADMINISTRADA

El último cuarto se vivió en medio de un ambiente caliente al máximo, con Portugal acercándose peligrosamente pero con las españolas, lideradas en ataque por Salvadores respaldada por Flores y Quevedo conseguían ir manteniendo a raya a un rival en Kostourkova y Guimaraes, 25 puntos y 15 rebotes entre las dos, a su principal amenaza. Instalados en la frontera de los diez puntos España gestionó con personalidad ganadora los últimos minutos silenciando el pabellón y adjudicándose la cuarta victoria del campeonato (52-62)