Miguel Panadés

Fuera porque unas andaban con contenidos deseos de iniciar el campeonato o porque otras llegaban con todavía las sensaciones competitivas al cien por cien, lo cierto es que España pasó por encima de la selección croata dejando unas diferencias en el marcador exageradas teniendo en cuenta el nivel del adversario.

ATASCO INICIAL

Quizás por los efectos eufóricos de la contundente victoria del día anterior, quizás por la altura del listón de acierto con el que terminó ese partido ante Croacia pero lo cierto es que el inicio frente a Holanda estuvo lleno de imprecisiones, de acciones precipitadas y, en consecuencia, de un marcador más apretado de lo esperado. 12-15

REACCIÓN INCONTESTABLE

Y de pronto, de un 12-6 en contra, España puso en marcha su rodillo, ese que destroza todo lo que encuentra por delante y, desde la presión defensiva, desde la explosividad en la salida de contraataque endosó a Holanda un parcial de 23-0... Cazorla desde el perímetro, Iho López desde la pintura, fueron descomponiendo la defensa zonal con la que el rival intentó frenar a las nuestras. Al descanso, 20-34. Laia Flores con 13 puntos y Laura Quevedo con 9, eran las mejores anotadoras españolas.

DUDAS INCIALES Y... NUEVAMENTE DESPEGUE

Al salir del descanso se reprodujeron las dudas de inicio de partido y Holanda se acerco en el luminoso a 9 puntos. Fue sólo una amenaza, un toque de atención que las nuestras, con Quevedo y Salvadores liderando, utilizaron para apretar el acelerador y volver a distanciarse en juego y marcador. Al final de tercer cuarto el partido ya estaba prácticamente sentenciado con 24 puntos de diferencia (29-53).

PROHIBIDO RELAJARSE

En el último cuarto el rival fue Holanda y una lógica relajación ante lo que volvía a parecer una victoria plácida. Pero en esta selección, cualquier descanso en pista está completamente prohibido y con la ambición de hacer las cosas bien como argumento principal España lucho por seguir ampliando el marcador ante una Holanda que intentaba apelar al orgullo. En esa fase Ángela Salvadores destapaba ese instinto ofensivo rompiendo la defensa con acciones fuera de guión que desnudaban a la defensa rival. En esa dinámica se llegó al final del partido obteniendo una segunda e importante victoria (46-68).