Desde que irrumpió en la élite del baloncesto Europeo en 2009 no ha dejado de crecer deportivamente convirtiéndose en un jugador capaz de atacar y defender en las tres posiciones de perímetro aportando talento físico y técnico al Real Madrid y la Selección.
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Surgido de la prolífica cantera de la Salle Mahón llamó la atención por un record personal de anotación consiguiendo 71 puntos en un partido de la liga balear cadete. El CB Manresa decidió apostar por ese escolta, con capacidad para jugar de base y de ponerse a defender, si se le requería, a cualquier alero alto. Desde la Federación Española se le incorporó a la Selección U18 que se proclamó Campeona de Europa en Zaragoza en 2004 junto a Sergio Rodríguez o Carlos Suárez. Llull ya empezaba a despuntar en Manresa – una temporada en ACB y otra, muy importante, en Adecco Oro – y Joan Plaza, entonces entrenador en el Real Madrid, tomó la valiente decisión de incorporarlo a mitad de la
ORENGA: “Se ha convertido en un jugador polivalente que puede tanto dirigir al equipo como tener un perfil más anotador desde posición de dos”
temporada 2006-2007, en una apuesta sorprendente en su momento pero entendible cuando Llull, por carácter, por calidad física y técnica, por esfuerzo permanente, se fue haciendo poco a poco pero de manera constante con un puesto cada vez más determinante en el equipo blanco. En verano de 2007 culminaría la temporada de su lanzamiento con la medalla de Plata del Europeo U20 en Eslovenia.
CINCO VERANOS, CUATRO MEDALLAS
Pero fue en 2009, cuando el entonces seleccionador nacional Sergio Scariolo lo incluyó en la lista de invitados ante el Europeo de Polonia y Sergio Llull se aferró a la oportunidad que le brindaba el baloncesto y convenció a todos de que podía convertirse en ese jugador polivalente capaz de atacar y defender en tres posiciones. Se hizo con un puesto entre los mejores y desde entonces y hasta la fecha no dejó de ser uno de los fijos entre los doce que cada verano han competido por lo máximo en todos los campeonatos disputados. Se unió con naturalidad a grupo de ganadores, enlazó generaciones y se adaptó perfectamente obteniendo en la Selección, tal como lo había hecho en el Real Madrid, el reconocimiento unánime de que estábamos ante un jugador importantísimo que ofrecía nuevos y convincentes argumentos al Equipo Nacional.
Oro en el Europeo de Polonia en 2009, Oro en el de Lituania en 2011, Plata en los Juegos Olímpicos de Londres EN 2012 y Bronce en el último Europeo disputado en Eslovenia en 2013. En todos esos retos siempre dando ese paso adelante que evidencia su constante progresión y ofreciendo además esa visión ilusionante de que España tiene tantos argumentos ganadores en presente como a medio y largo plazo. Durante las últimas temporadas con el Real Madrid ha promediado cifras de estrella, asumiendo responsabilidades en los momentos claves como el triple decisivo en la última final de la Copa del Rey. Porque, siguiendo la estela de esas generaciones extraordinarias que le preceden, nuestros mejores jugadores demuestran que tienen una excepcional capacidad para ser cada día mejores no encontrando límites a ese concepto de progresión permanente que no conoce edad y que no se sacia por muchos éxitos que se acumulen. Sergio Llull es un perfecto exponente de esa característica que distingue a nuestros interncaionles.
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