El trofeo Naismith llegó el lunes a México D.C. con un calendario lleno de actividades que comienza el martes con la presentación del trofeo en el Hotel Presidente y que contará con figuras claves en el deporte mexicano, así como jugadores del equipo nacional. 

Confirmados al evento ya están el presidente del Comité Olímpico Mexicano, Carlos Padilla; el ministro de cultura y deportes, Jesús Mena; el presidente de la Federación de Baloncesto Mexicana (ADEMEBA), Modesto Robledo; y el secretario general de FIBA Américas, Alberto García. 
Tras el gran trabajo hecho por José ‘Piculín’ Ortiz hace 10 días en Puerto Rico, el Trophy Tour hará su siguiente parada en México, donde otra leyenda hará como embajador. Se trata de Horacio Llamas, internacional con la ‘tri’ de 2003 a 2012 y el primer mexicano en jugar en la NBA. Internacionales de hoy día como Lorenzo Mata, Pedro Meza y Héctor Hernández han confirmado su presencia. 

El miércoles, el trofeo Naismith será exhibido en el pabellón Polanco, dejando que los aficionados se hagan fotos con el trofeo y con los jugadores. 
El jueves será el día de la prensa con una gira por medios nacionales que concluirá con una aparición en uno de los mejores programas de FOX Sports. 

La Copa del Mundo se jugará en España del 30 de agosto al 14 de septiembre e incluirá a 24 equipos entre los que estará México jugando en el grupo D en Gran Canaria. 

“México fue una espléndida sorpresa el año pasado en el campeonato FIBA América y después de mucho trabajo duro están de vuelta en la élite. Esto es una recompensar a su dedicación durante estos años, tener el trofeo Naismith en casa”, comentó García. 

“Nuestro deseo es que sirva su presencia como un incentive para hacer un gran papel en España 2014 y así establecer el baloncesto americano en la élite mundial”. 

“Para nosotros es especialmente feliz tener el trofeo Naismith con nosotros en México y estamos muy agradecidos a FIBA por esta gran iniciativa. Nuestro equipo nacional vuelve a un campeonato mundial por primera vez en 40 años y es un orgullo. Tener el trofeo con nosotros nos puede dar un impulso extra”, zanjó Robledo.