Diez horas de viaje y cerca de 800 km. se convierten en un pequeño paseo cuando en el punto de destino aguarda la posibilidad de hacer historia. Nos colamos en el autobús del Peñas Huesca en una jornada en la que los jóvenes talentos del cuadro oscense han emprendido viaje hacia un sueño del que no quieren despertar.
PABLO ROMERO / ÁREA DE COMUNICACIÓN FEB
Sonaba con fuerza la bocina del Palacio de los Deportes de Huesca en la tarde-noche del domingo anunciando el final del segundo encuentro de la serie entre el conjunto local y el Ribeira Sacra Breogán. La victoria oscense enviaba el cruce al tercer y definitivo encuentro en una jornada mágica para una ciudad que, durante toda la semana, había recordado sobre el papel que #HuescaSeSienteACB.
Ajenos al poso baloncestístico creado en la ciudad en una época en la que la gran mayoría de ellos aún no había ni nacido, los noveles jugadores del Peñas Huesca contribuían a que su localidad de adopción sonase de nuevo con fuerza también sobre el parqué en un domingo de resurrección en el que plantaban cara a otro de los históricos del baloncesto nacional. Y sin apenas tiempo para saborear las mieles del triunfo, los hombres de Quim Costa se subirían al autobús de la ilusión en un viaje con un único objetivo: prolongar la magnífica temporada del Peñas Huesca en la Adecco Oro.
Desde FEB.es nos subimos al autobús del conjunto aragonés para conocer cómo se viven las 10 horas de viaje y los cerca de 800 kilómetros que separan a un equipo del sueño de las semifinales.
La ilusión madrugaba para subirse al autobús:
Poco más de 9 horas han transcurrido desde que el Peñas Huesca forzara el tercer encuentro de cuartos de final sobre la cancha del Palacio. Son las 8:30 a.m. y los despertadores de la plantilla comienzan a sonar para regresar al lugar en el que lograran una de sus múltiples hazañas de la temporada, un Palacio de los Deportes en el que espera ya el autobús que les llevará de nuevo a Lugo para afrontar el encuentro decisivo de la ronda de cuartos.
El reloj marca las 10 de la mañana y la expedición se dispone a comenzar un viaje de 800 kilómetros y cerca de 10 horas en las que el autobús se convertirá en el guardián de los secretos del equipo. Esta vez con todos sus integrantes a bordo incluido un Carlinhos de Cobos que -en el primer viaje a Lugo- se quedaría en tierra. El autobús comenzó su ruta sin el base brasileño mientras este compraba provisiones para un viaje que tendría que reiniciar su camino cuando una llamada del propio base alertaba de su ausencia.
La Autovía Mudéjar sería testigo de los primeros minutos de viaje de una expedición que ojeaba las repercusiones de su encuentro en la prensa del día comentando lo que dio de sí un duelo histórico. Con el paso de los minutos, los corrillos van perdiendo integrantes recibidos por los brazos de un Morfeo que muy pronto se apoderaría de los sueños de jugadores como Lluis Costa, Javi Múgica o Marius Grigonis.
Una siesta de media mañana -de 4 horas en algunos casos- que finalizaría con la publicación del quinteto ideal de la jornada en FEB.es; la aparición de Múgica y Grigonis en el mejor cinco del fin de semana provocaba el despertar de dos jugadores que recibían algunas bromas por parte del resto de sus compañeros.
La pocha y el iPad saltan a escena:
Con el 50% del viaje realizado y los estómagos llenos tras la habitual parada para “repostar”, la expedición afrontaría el resto del trayecto tirando de cartas y tecnología. En ese sentido, la pocha es el invitado estrella en una expedición en la que Jorge Lafuente ejerce como croupier desde el fondo del autocar. El capitán reparte juego entre sus compañeros en una tarde en la que Javi Múgica mantiene la buena estrella con la que se aliaría en la tarde del domingo sobre la cancha y en la que los compañeros no dudan en reclamar sus deudas a Carlinhos de Cobos.
Ajeno al azar, Edgar Vicedo es de los que apuesta sobre seguro. En esta ocasión, el exterior madrileño se la juega con el iPad para ver alguna que otra película y… ¡mucho ojo! Porque parece que lo de las apuestas es lo suyo. En sus pronósticos para la ronda de cuartos en FEB.es, Vicedo apostaba por un 1-1 en los dos primeros encuentros de una serie que vaticinaría como favorable al Peñas en el desempate en Lugo. Hasta la fecha, no ha errado lo más mínimo pero… ¿se cumplirá su pronóstico? Edgar lo tiene claro: “Por supuesto que se cumplirá, para eso vamos a Lugo”.
La tercera actividad en importancia la monopolizan unos Lluis Costa y Pierre Oriola a los que su estado de whatsapp les delata: “En línea”. Base y pívot del conjunto oscense atacan con dureza a las baterías de sus respectivos teléfonos como si fueran rivales para tantear en conjunto a su agenda de contactos, una actividad que garantiza que sean los primeros en bajar del autobús a la búsqueda de un enchufe con el que proseguir con su actividad.
Ya en Lugo, los sueños, sueños son:
De este modo transcurriría una larga jornada de viaje en la que la plantilla ha combatido el kilometraje con el habitual buen ambiente que ha ayudado a Quim Costa a construir un vestuario ganador. La llegada al hotel de concentración de Lugo marcaría el ecuador entre el viaje y un encuentro que otea ya en el horizonte y en el que comienzan a pensar desde ese mismo momento.
La concentración y la cena anteceden a una noche en la que la plantilla soñará, desde el Hotel Santiago, con prolongar una temporada que lleva ya colgado el cartel de brillante. Tan sólo el paso de las horas dirá si el conjunto del Alto Aragón puede seguir soñando.