Quince años han transcurrido desde que el Breogán Lugo comandara por última vez la clasificación de la Adecco Oro. Durante seis jornadas, los gallegos ejercieron como el club de moda de una campaña 1998/99 mágica para un equipo que terminó conquistando el ascenso a la ACB. De vuelta al liderato 5.748 días después… ¿lograrán los de Lisardo Gómez reescribir su propia historia?
PABLO ROMERO / ÁREA DE COMUNICACIÓN FEB
¿Recuerda dónde se encontraban el 23 de mayo de 1999? Si es usted lucense y, especialmente aficionado del Breogán Lugo, muy probablemente no habrá olvidado esta fecha... Un día más en aquel año previo al cambio de milenio para cualquiera de ustedes pero que, sin embargo, marcó un antes y un después en la historia del baloncesto gallego.
En el caso de Lisardo Gómez, actual técnico del conjunto celeste, su ubicación en aquella noche del mes de mayor no supone ninguna sorpresa ya que su GPS particular lo sitúa en las gradas de un Pazo Dos Deportes abarrotado por 6.500 espectadores y en el que sufría cada noche de viernes con las evoluciones de un equipo que sentía como propio. Con apenas 25 años, el por aquel entonces jugador del CB Viveiro (2ª División) fue testigo directo del ascenso de su equipo a la Liga Endesa tras una semifinal para el recuerdo ante Melilla Baloncesto (3-1).
Con su ascenso de categoría, la por aquel entonces camiseta blanca del Breogán Universidade escribió una de las páginas más brillantes de su casi medio siglo de historia poniendo la guinda a una campaña en la que el equipo de Paco García fue capaz de liderar la tabla clasificatoria durante seis jornadas. Un liderato que el club ostentó entre las jornadas 1 y 6 -tras un balance inicial de 5 triunfos y una sola derrota- y que retomarían en la jornada 15 tras imponerse a domicilio al líder Badajoz (66-67).
Apenas una semana más tarde, la visita del Menorca Básquet al Pazo (22/01/1999), terminaría por apartar a los gallegos de una primera plaza que cedían de nuevo al equipo extremeño tras caer a manos del gran partido de Rusell Millard (60-64). Una derrota que pondría a cero el contador de un liderato para un equipo que ha tenido que esperar nada más y nada menos que 5.748 días para verse de nuevo en lo más alto.
Quince años después, y bajo la denominación de Ribeira Sacra Breogán, aquel joven Lisardo Gómez lucha desde el banquillo para poder reescribir la historia de un equipo que cuenta con un gran espejo en el que mirarse, el de aquel 1999 mágico en el que conquistaran el ascenso a la ACB.
Lisardo Gómez, el constructor del éxito:
Llegó al banquillo del Ribeira Sacra Breogán mediada la temporada 2012/13 y, desde entonces, el conjunto celeste no ha dejado de crecer. Su nombramiento como primer entrenador tras la destitución de Pepe Rodríguez supuso el primer paso a la hora de gallegalizar y regenerar las ilusiones de una afición que fantasea de nuevo con la posibilidad de ver a su equipo en la primera competición nacional tras un gran comienzo de liga.
Las cuatro victorias consecutivas y el liderato conquistado la pasada semana permiten soñar de nuevo a un equipo al que su técnico, Lisardo Gómez, mantiene con los pies en el suelo: “En el vestuario estamos muy satisfechos de poder ver cómo la gente se va enganchando al equipo y como cada día viene más gente al Pazo. Para alguien de Lugo como yo y que ha sentido este equipo desde pequeño se vive aún con una mayor ilusión pero siempre tratando de mantenernos un tanto al margen de situaciones de euforia ya que tenemos que entender que aún no hemos logrado nada. Nosotros no tenemos el potencial suficiente para arrasar en la competición como hicieran otros años equipos como River Andorra o Ford Burgos por lo que tenemos que pensar únicamente en nuestro día a día para poder optar a la victoria en cada encuentro a base de trabajo y sacrificio, tal y como hemos hecho durante las cuatro primeras jornadas”.
"En pretemporada hubiese firmado empezar 4-0 pero también 2-2".
Un comienzo de liga que muy pocos hubieran podido pronosticar durante una complicada pretemporada en la que su técnico hubiera firmado, a ojos cerrados, el poder culminar el primer de competición como líder: “Hubiese firmado el 4-0 pero igual también el 3-1 o incluso el 2-2 (risas). Si al acabar el Torneo Ciudad de Lugo me hubieran dicho que a estas alturas íbamos a estar 4-0 no me lo hubiera creído porque, por aquel entonces, estaba un tanto preocupado por la incertidumbre de cómo podría evolucionar el equipo en la competición pero hay que reconocer que los jugadores han trabajado duro para poder dar cuanto antes un paso al frente combatiendo los reveses con los que nos hemos encontrado para poder plantar cara a momentos difíciles como fue la lesión de Mamadou Samb”.
Y es que basta con atravesar la puerta del vestuario gallego para entender que en el Pazo se vive un ambiente especial. Comprometidos con el proyecto del club, los integrantes de la plantilla son los principales culpables del buen rendimiento del equipo sobre la cancha: “Esa es una de las cosas a las que siempre he dado mucha importancia a la hora de construir un vestuario. Cuando nos interesamos por un jugador nos preocupamos por conocer su carácter y personalidad para saber cómo son en su día a día y en su relación y compromiso con el vestuario. Hablamos con sus entrenadores anteriores, con algunos ex compañeros… y con eso vamos madurando la idea de jugadores que queremos tener con nosotros. Dentro del grupo tan variopinto de nacionalidades con el que contamos este año, los jugadores han congeniado muy bien ayudados por la veteranía de nuestros capitanes Dani López y Álex López y con la colaboración de un jugador experimentado como Chris Mortellaro lo que ha ayudado a que podamos dar pasos importantes en la construcción del equipo durante las primeras semanas”.
Con las ideas claras para el resto del campeonato:
Transcurrido el primer mes de competición, Lisardo tiene ya sobre su mesa material suficiente para extraer las primeras conclusiones y seguir trabajando de cara al futuro.
"Tendremos que tirar de pico y pala para ser cada día un poco mejores".
El balance de los cuatro primeros encuentros es positivo gracias a un trabajo de “pico y pala” que ha marcado el camino a seguir dentro de un vestuario consciente de su lugar en la competición: “Estamos ganando partidos complicados y eso es muy importante pero sabemos que ante Oviedo y Huesca no hicimos un buen baloncesto imponiéndonos más por oficio que por nuestro juego. Somos conscientes de que no vamos a arrasar en esta Liga porque no somos un equipo con un plantillón como el de River Andorra la temporada pasada o con tantos nombres como los que pudimos tener en Lugo en años anteriores por lo que tendremos que tirar de pico y pala aportando trabajo diario para ser mejores en cada jugada y en cada encuentro. Contra Navarra pudimos ofrecer ya 30-35 minutos de buen baloncesto tanto defensivo como ofensivo y es por ello que tenemos que saber que ese es nuestro camino”.
Pero no sólo el buen juego llevaría a los celestes a cosechar su cuarto triunfo en Pamplona. La generosidad de los integrantes de la plantilla destacaría sobre la cancha de Anaitasuna ratificando una imagen de equipo generoso que hace sentir orgulloso a su técnico: “Somos un equipo que piensa más en el grupo que en las individualidades tal y como pudo verse en nuestro último encuentro en Pamplona donde un jugador como Álex Llorca, que venía de estar en el quinteto ideal de la competición durante las tres primeras jornadas, hace únicamente tres tiros a canasta sin quejarse. Fue consciente de que las defensas se estaban centrando en él siendo capaz de generar juego para el equipo lo que supuso una muestra de que estamos funcionando como equipo así como el mejor ejemplo de la que debe ser nuestra seña de identidad durante toda la temporada”.
Una campaña en la que seguirán trabajando para poder incrementar el nivel de auto exigencia de un grupo que trata de pulir estos días diferentes aspectos con los que aumentar su fortaleza sobre la cancha: “En las dos últimas semanas hemos evolucionado mucho creciendo incluso en aspectos como el rebote defensivo pero es cierto que la disciplina ofensiva nos estaba costando más de lo previsto. A nosotros nos gusta introducir muchas variantes y movimientos teniendo todo muy atado, especialmente en defensa, pero tenemos muchos jugadores nuevo y algún que otro rookie en esta liga que no estaban acostumbrados a esa disciplina. Poco a poco las cosas van saliendo pero, a día de hoy esa es una de nuestras prioridades”.
Pero… ¿lograrán en Lugo repetir el éxito del año 99?
"Nuestro sueño es ascender pero tendremos que tener los pies en el suelo".
Su técnico, Lisardo Gómez, lo tiene claro. Con trabajo e ilusión, la Adecco Oro permitirá soñar a su equipo: “Sobre el papel sabemos que no somos los favoritos para lograr el ascenso directo pero los que seguimos y conocemos la Adecco Oro sabemos que esta es una Liga imprevisible en la que todos los años se producen sorpresas condicionadas por las dinámicas, las lesiones, etc… Si nos ponemos a soñar, como es lógico, nuestro sueño es el de ascender pero sabemos que tenemos que ser cautelosos y mantener los pies en el suelo. Queremos ir paso a paso para intentar llegar en las mejores condiciones posibles a un hipotético final de Liga o a un playoff en el que podamos mantener intactas nuestras opciones”.