POR JOSÉ LUIS SÁEZ

41 medallas en los once últimos veranos, muchas de ellas de oro. Deporte líder en licencias femeninas en nuestro país desde hace ya varios años. Campeonas de Europa en prácticamente todas las categorías y subcampeonas del mundo en dos…

Tenemos muchos motivos para sentirnos orgullosos de nuestro Baloncesto Femenino, y desde esta pasada semana tenemos uno más: los reconocimientos que a nuestros equipos y jugadoras se les han concedido en los Premios Nacionales del Deporte español, personalizados en el Premio Barón Güell a las Selecciones Femeninas y el Princesa Letizia a Ángela Salvadores, uno de los grandes exponentes de nuestro presente y nuestro futuro.

Recibir estos premios de gran historial representa para todos un orgullo, sobre todo porque no son el reflejo de unos resultados coyunturales sino de una trayectoria de muchos años, una década larga ya, en los que nuestras chicas han conquistado la elite internacional y se han consolidado no sólo como una potencia en el mundo sino también como la mejor ‘factoría’ de jugadoras de Europa: nuestras selecciones de formación dominan el medallero continental.

Es un éxito del trabajo de todos los estamentos que se dedican al baloncesto femenino, en muchas ocasiones desde el anonimato, tanto en las Federaciones Autonómicas como en los clubes, los entrenadores y los directivos, que no han dejado de invertir horas e ilusión incluso en los momentos más complicados de la crisis que ha afectado a todos.

Un trabajo que no sólo es a corto plazo –el del partido de la próxima jornada- sino sobre todo a medio y largo, en una proyección de futuro y una planificación conjunta.
Unos premios de este prestigio nos satisfacen pero también multiplican nuestra responsabilidad y desde luego nos reafirman en la decidida apuesta por el Baloncesto Femenino y la mujer, que hemos plasmado en un ambicioso e innovador programa ‘Universo Mujer’ y en una ilusionada y apasionada candidatura a la organización de la Copa del Mundo Femenina del año 2018.

Este vienes en Ginebra, en la sede de la FIBA, haremos entrega oficial del dossier de nuestro proyecto. Un proyecto que, como el que en su día presentamos para el 2014, quiere ser el punto de referencia de un antes y un después para el baloncesto de la mujer en todo el mundo. Un proyecto que de nuevo vaya mucho más allá de las canchas y consiga llevar nuestro deporte y nuestros valores, en esta ocasión de la mano de las mujeres, hasta el último rincón.