MIGUEL PANADÉS/ÁREA DE COMUNICACIÓN FEB

El fallecimiento de José Luis Abós ha impactado a todo el baloncesto español, desde la base hasta la élite, porque el técnico aragonés recorrió nuestro deporte en sus inicios en equipos de jóvenes, en clubes de competiciones autonómicas o en clubes de Competiciones FEB hasta alcanzar el sueño que tuvo desde que empezó y que era entrenar al CAI en la ACB. Pero entre los muchos afectados siento la necesidad de incluir a toda la dirección, profesorado, miembros de la organización y por supuesto alumnado del Curso Superior de Entrenadores y los Masters FEB que en paralelo a la fase presencial del CES lleva organizando desde hace muchos años la Federación Española.

Abós, desde su “debut” como profesor del CES en San Sebastián, demostró una extraordinaria capacidad para conectar con los aspirantes a Entrenadores Superiores, con alumnos que vieron en él la normalidad llevada a un banquillo de élite. Desde la cercanía, desde la naturalidad y realidad de quien ha vivió todos los baloncestos, aquellos de recursos muy limitados en tiempo, en dinero, en espacio, y también aquellos que están en lo más alto, Abós explicó con detalle en cada Curso, en cada Master, sus ideas sobre el juego. Nunca se guardó nada y con absoluta sinceridad develó “secretos” tácticos utilizados durante la temporada compartiendo con otros entrenadores-alumnos sus inquietudes, sus dudas, su humildad.

Discípulo y admirador de Mario Pesquera, era habitual verle mezclado entre los alumnos en la grada cada vez que el “Maestro Pesquera” aparecía en el Curso Superior. Nunca olvidaremos esos debates de madrugada escuchándole u observando como era él quien se interesaba por cualquier opinión de otro técnico independientemente del nivel donde entrenara. De Abós nos quedará siempre a todos los que amamos el baloncesto y especialmente al mundo de los entrenadores el ejemplo de la normalidad, de la buena educación, de la discreción y desde ahí, la capacidad para trabajar insistentemente hasta conseguir el objetivo.

De manera cruel y prematura nos ha dejado un gran entrenador pero por encima de todas valoraciones profesionales, nos ha dejado una excelente persona, un enamorado del baloncesto, un ejemplo de entrega y superación, de respeto por sus colegas. La Familia del baloncesto te echaremos mucho de menos en el futuro y dentro de esa familia y muy especialmente la del CES.