CARMELO GUTIÉRREZ / ÁREA DE COMUNICACIÓN FEB

Quién sabe dónde podría haber terminado Memphis la temporada si Marc Gasol no hubiera caído lesionado a mediados del mes de noviembre del pasado curso. A su vuelta, peleando por una plaza de playoffs, los Grizzlies firmaron un impresionante registro de 33 victorias y 13 derrotas que les valió para ser séptimos del Oeste. Y tuvieron un partido en su pista para haber cerrado la primera eliminatoria ante Oklahoma. Pero no pudo ser.

Los números del primer párrafo sirven para ilustrar la importancia de Marc Gasol en el funcionamiento de los Grizzlies. Un equipo que basa su poderío en la compenetración del español y de Zach Randolph en ataque y en una enorme defensa colectiva con el mediano de los Gasol como referente en la zona atento a cualquier ayuda. Un trabajo que le sirvió para ser elegido como Mejor Jugador Defensivo del Año en 2013.

La temporada que comienza será muy importante en el devenir de Marc Gasol en la NBA. El pívot cumplirá su último año de contrato con Memphis y podría salir al mercado el próximo verano. Al español, considerado uno de los mejores pívots puros de la liga por sus sobradas condiciones individuales, no le faltarían novias entre cualquier franquicia aspirante a lo máximo.

Pero antes queda una temporada por delante y Marc Gasol siempre ha declarado que se encuentra muy a gusto en Memphis, su equipo de toda la vida en la NBA. Lo que no implica que en caso de que los Grizzlies no den un salto de calidad en postemporada el español pueda pensar en un cambio de aires.

Si el equipo mantiene sus señas de identidad, Memphis se mantendrá entre los mejores del Oeste. Un conjunto correoso, contrario en muchas ocasiones a los cánones de la actual NBA, con un juego pausado, buscando anotar cerca del aro. Un equipo de los que a nadie le gusta encontrarse en las eliminatorias por el título porque van a hacerte sudar de lo lindo para superarles.

El poder ofensivo de Memphis se basa en la dupla Marc Gasol y Zach Randolph. El ala-pívot, también en su último año de contrato y alejado de los problemas que siempre le acompañaban en anteriores equipos, se ha consolidado como uno de los mejores interiores de la NBA, siempre promediando un ‘doble-doble’ en las temporadas que ha podido disputar completas en la competición. Para dar minutos de calidad a su gran dúo, desde el banquillo aparece el griego Kosta Koufos, que el pasado curso cumplió su papel (6.4 puntos y 5.2 rebotes).

En el perímetro, los Grizzlies contarán con una profunda rotación que se convertirá en la avanzadilla de su sistema defensivo. Mike Conley volverá a ser la manija: un base que sin hacer mucho ruido siempre está por encima de la decena de puntos y la media docena de asistencias. Como recambio, aparece otro griego: Nick Calathes, aunque se perderá el comienzo de temporada debido a una sanción por el uso de sustancias prohibidas.

En los puestos de 2-3, Memphis ha confeccionado un gran grupo de jugadores, a pesar de perder a Mike Miller, con el ‘ladrón’ Tony Allen, el recuperado Quincy Pondexter, Tayshaun Prince y la sorpresa del pasado curso, un Courtney Lee llegado a mitad de temporada y que tuvo un rendimiento sensacional (11.0 puntos). A este cuarteto se suma  un eterno Vince Carter, firmado por tres años y que podría acabar su contrato en los cuarenta.

El gran objetivo del juego exterior será convertirse en una verdadera amenaza desde la larga distancia. El pasado curso, Memphis fue el equipo de la liga que menos lanzamientos de tres intentó, a más de 150 del siguiente.

Si los exteriores anotan de lejos, su potente juego interior estará más liberado en la pintura. Y si eso ocurre, Memphis se convertirá en un equipo más peligroso aún. Un bloque que aspire a llegar a las rondas más avanzadas el Oeste. Una meta más que interesante en un año decisivo para Marc Gasol.