MUNDIAL DE TURQUÍA 2014
Serena eficacia
10/1/2014 - 11:05 AM
Tres claros ejercicios de solvencia, de eficiencia, de claridad de ideas independientemente de la calidad del rival que han tenido enfrente. España gusta por su propuesta de un baloncesto que llega a la brillantez desde una serena eficacia.
MIGUEL PANADÉS. AREA DE COMUNICACIÓN FEB
Y los pies en el suelo y la mentalidad puesta en el momento que se está viviendo, en la acción inmediata. El baño de realismo que ofrece cada partido de España se convierte en una lección de eficiencia aplicable a la vida misma. Porque en esos partidos observamos primero, una constancia innegociable en la concentración defensiva, en la combinación de intensidad máxima para cerrar líneas de pase cuando es preciso y limitar espacios en otros momentos. Combinación de piernas y estrategia, de riesgo y especulación en función de quien del equipo contrario tiene el balón. Y cuando éste cambia de manos, cuando se produce la transición ofensiva entonces aparecen los valores que siempre, históricamente, han caracterizado al baloncesto español; velocidad para jugar el partido en toda la pista, para aprovechar la habilidad conduciendo el balón para llegar al ataque mucho antes de que la defensa rival esté colocada.
Pero en la suma de virtudes que hemos contemplado en estos primeros tres partidos hay un intangible que vale la pena resaltar como es el de la serenidad con la que se aceptan los errores, ya sea por imprecisión o por precipitación e inmediatamente y de manera natural se reconducen en la siguiente acción. Cuando afirmamos que la selección española vive el presente llevamos esa observación hasta el extremo de que ese presente no sólo es el partido en cuestión si no la acción del partido que se está jugando. No importa ni lo sucedido segundos antes ni lo que podrá suceder minutos después. No afecta ni tiempo ni marcador porque estas chicas funcionan con una claridad de conceptos tal que les permite ir enlazando acciones con serena eficacia.
Y hecha esta reflexión contemplamos el futuro con el convencimiento de que este parón de dos días será rentabilizado para analizar tácticamente un próximo partido nuevamente a vida o muerte. Y en este escenario de reto apasionante es donde los valores mostrados en la “primera final” ante la República Checa se convierten en determinantes porque nadie en ese grupo vivirá pensando ni lo que sucedió antes ni lo que podría suceder después. El siguiente partido será, seguro, un nuevo ejercicio de realismo.