Su incisiva mirada refleja de primera mano su conocido y acentuado carácter. Todo personalidad y ambición. Unos patrones que ha transmitido de forma directa e irremediable a todos los equipos que ha entrenado en sus nueve años ya en los banquillos en las ligas Adecco.
XAVI OLTRA
Javi Juárez, nacido en Teruel hace 44 años, residente en Madrid y apasionado de Ibiza, pasó de ser un jugador intenso y anotador en CajaMadrid, Teruel, Calpe, San Fernando y Colmenar a convertirse en los banquillos en una auténtica referencia vital del partido. Su aura imprime a todo lo que le rodea un compromiso y una agresividad innegable. Ahí están sus cuatro ascensos con Illescas, Alcázar y Canoe para confirmar la personal estrella del actual técnico de Guadalajara. Sus cuatro años en la Liga EBA se cuentan como campeonatos logrados siendo siempre el primer clasificado del Grupo B. Impresionante sin duda.
Gracias a sus éxitos ha conocido la parte más dorada del deporte, aunque también el dolor con algún descenso y con su grave lesión como jugador en 2005 que le obligó a la retirada. Con la perspectiva del tiempo y la edad, y con las medallas añadidas en selecciones autonómicas y nacionales, Juárez llega ahora a un estado de madurez, que en cualquier caso no resta ni un ápice de carácter ganador a su filosofía de baloncesto.
CARÁCTER Y GENES COMPETITIVOS
“En el deporte es fundamental tener ese gen competitivo, siempre que sea controlado. Los excesos en el carácter con el tiempo los vas moldeando. Pero también es tu forma de ser y no la puedes cambiar. Hay gente a la que le choca y a veces no conecta con tu carácter. Son cosas del deporte y están ahí, sobre todo cuando eres entrenador. La máxima es sacar el máximo de la plantilla”
LA LIGA EBA, PLATAFORMA DE GRANDES TÉCNICOS
“La EBA me parece una competición fantástica. Es el primer contacto a nivel nacional para el entrenador. Poderte formar contra equipos de diversas Comunidades Autónomas es una escuela muy buena para cualquier entrenador. Competí con grandes entrenadores como Nico Fernández, Miguel Ángel Aranzábal, José Antonio, Pepe Peinado, Alejandro Martínez…”
UNIÓN DE ESFUERZOS CADA VERANO
“Poder defender a la selección nacional y enfrentarte con los mejores equipos de Europa, para mí es lo más grande. Los cuatro veranos han sido la mejor experiencia de mi vida, pudiendo trabajar con los mejores medios y grandes entrenadores. A la selección vas a sumar, a aportar. Es un aprendizaje salvaje y el mejor máster para cualquier entrenador de este país”
¿Cómo fueron sus inicios con una pelota de baloncesto?
Nací en Teruel porque mi padre estaba allí por trabajo, pero toda mi familia es de Colmenar Viejo y a los cinco años estaba allí. Empecé a jugar claramente por influencia familiar. Mi padre había jugado a baloncesto y mis tíos también. Empecé en Colmenar con un grupo de amigos. Todos jugábamos al baloncesto. Luego nos fuimos la familia a Alicante y fue la primera vez que jugué federado, en el Montemar. Después volvimos a Madrid y empecé a jugar en los juveniles del Estudiantes y posteriormente en el CajaMadrid.
Seguro que en sus primeros pasos tuvo algún espejo donde mirarse…
El equipo que más me marcó en esa época fue el Real Madrid de Fernando Martín, con Lolo Sáinz. Era un entrenador que era un ídolo para mí. Siempre me gustó por lo competitivo que era y cómo contagiaba a sus jugadores. Tanto en el Madrid como en el Joventut o la selección, sus equipos competían hasta el final. También descubrí luego la NBA. Los Lakers y el ‘showtime’ de los 80… fue ya una droga que no me he quitado hasta ahora. El baloncesto es lo más importante de mi vida, quitando a mi familia.
“LOLO SÁINZ FUE UN ÍDOLO PARA MÍ. SIEMPRE ME GUSTÓ LO COMPETITIVO QUE ERA”
¿Cómo empezó a forjarse su acentuado carácter en una cancha de baloncesto?
Sobre todo cuando empiezo a jugar. Cuando jugábamos con los amigos el que perdía tenía que salirse. Jugábamos al ‘rey de la pista’, en Madrid y en Colmenar. El que iba ganando se quedaba en la pista. En mi casa también son de mucho carácter. La verdad es que no me gusta perder a nada. Ni al parchís (risas).
¿Cómo vivió su obligada retirada como jugador?
Ya tenía edad para retirarme, pero mi pasión era jugar. Cuando con 35 años tuve la lesión de rodilla, sino la hubiera tenido hubiera seguido jugando. Jugar es una pasión. Me saqué toda la titulación muy joven mientras jugaba porque quería seguir ligado al baloncesto, sin saber lo que iba a pasar. El Curso Superior me lo saqué en el 97, con 27 años. Además, en los clubs que jugué (Calpe, Teruel…) me dieron siempre un equipo y entrenaba niños. Con los niños intentas meterles el baloncesto en vena, la pasión por el deporte. Enseñas técnica individual e intentas que empiecen a jugar.
Una vez en el banquillo, ¿dónde busca sus primeras referencias?
Había tenido como jugador a entrenadores de mucho nivel como Luis Guil o Domingo Palacios. Dos grandísimos entrenadores. También a Pedro Fajardo. De todos ellos aprendí cómo hay que llevar equipos seniors. El primer año tuve un equipo con jugadores que me enseñaron mucho como Juanín Jiménez, Joe Alonso, Arturo López… Ellos me guiaron. Estaban jugando en una Liga por debajo de su nivel. Tenían mucho repertorio táctico. Desde jugador siempre aprovechaba para ver clínics, con entrenadores de primer nivel. Eso me aportó también mucho como futuro entrenador, aunque aún no sabía lo que iba hacer. Y también me aportó como jugador. Los clínics te ayudan a entender el juego. También el hecho de estar en Madrid me permitió ver de cerca a entrenadores importantes de grandes clubs como Zeljko Obradovic, Miguel Ángel Martín o Pepu Hernández. Pude ver entrenos y partidos. Vas cogiendo un poco de todos. Estaba también siempre en contacto con entrenadores de cantera, del mundillo. Buenos entrenadores. Además, en mi grupo de amigos, el que no era jugador era entrenador. Vivía el baloncesto 24 horas.
“LA DEFENSA ES CUESTIÓN DE VOLUNTAD Y CONCENTRACIÓN PRINCIPALMENTE”
¿Cómo va configurándose el libro de estilo de Javi Juárez?
Siempre he creído que el entrenador se tiene que acoplar a la plantilla que tiene. Pero el denominador común tiene que ser la intensidad y el competir. Hay que lograr que al rival le cueste anotar, porque si no, no se compite. Y a mí me gusta competir. Hay que conseguir que el equipo sea muy bueno atrás. La defensa es cuestión de voluntad y concentración principalmente. Creo que cualquier jugador puede defender. Me gustan los equipos que son sólidos atrás. Soy bastante exigente en defensa y creo que es muy importante la defensa del cinco contra cinco como base para construir un equipo. En ataque hay que cambiar la forma de jugar dependiendo de los jugadores. A cualquiera nos gustaría poder hacer un juego rápido y aprovechar cualquier situación para tiros fáciles. Pero no todos los jugadores están preparados. Ver al Madrid o la selección los últimos años es una gozada, pero no todos los equipos están preparados para jugar así. Yo crecí embelesado con el ‘showtime’ de los Lakers. Pero hay otros tipos de baloncesto que también te llevan a la victoria. Y hay muchos ejemplos. Los Pistons o los Bulls, o en Europa el Madrid de Lolo Sáinz, que tenía una defensa muy agresiva y de anticipación que propiciaba el contraataque. O también estos últimos años el Barcelona de Xavi Pascual, siendo un equipo muy sólido en defensa. Algo que le ha llevado al éxito.
¿Es cierto que impone y transmite siempre su fuerte carácter a todos sus equipos?
El carácter va con la personalidad. Yo intento dar ese carácter a mis equipos. No podría entrenar de otra manera. En el deporte es fundamental tener ese gen competitivo, siempre que sea controlado. A veces me ha ido bien. Con el paso de los años he ido cogiendo experiencias. Quizás con los años sí que me he calmado, también un poco por la edad y por tanto por desgracia. Los excesos en el carácter con el tiempo los vas moldeando. Pero también es tu forma de ser y no la puedes cambiar. Siempre me gustaron los jugadores de genio y raza como Fernando Martín. En mi casa somos gente con carácter. Hay gente a la que le choca y a veces no conecta con tu carácter. Son cosas del deporte y están ahí, sobre todo cuando eres entrenador. La máxima es sacar el máximo de la plantilla. En un equipo se reúnen muchas personas para un objetivo común. Muchos caracteres diferentes. Creo que cuando te conocen, la gente te entiende.
Cuatro años en EBA, cuatro veces campeón de Liga… ¿cómo se logran semejantes resultados?
El Grupo B de la EBA lo conocía muy bien. Ese conocimiento me ayudó a la hora de confeccionar las plantillas y enfrentarme a los rivales. Había muchos jugadores a los que me había enfrentado cuando aún jugaba. Lógicamente para ganar tienes que tener buenos grupos. La verdad es que me sentí muy cómodo y entrenando muchos años en Castilla y La Mancha. Pero lo que me parece más meritorio es haber ganado la Liga con tres clubs diferentes. Y también tengo que decir que los dos ascensos de Plata a Oro son todavía mucho más complicados.
“LA ADECCO ORO ME PARECE UNA LIGA MUY RICA TÁCTICAMENTE”
¿Qué opina sobre la Liga EBA, una competición que se le ha dado extremadamente bien?
La EBA me parece una competición fantástica. Es el primer contacto a nivel nacional para el entrenador. En el Grupo B hay equipos de Madrid, Canarias, Valencia y Castilla y León, con baloncestos muy diferentes. Poderte formar contra equipos de diversas Comunidades Autónomas es una escuela muy buena para cualquier entrenador. Los equipos canarios, con un baloncesto diferente, te aportaban muchas cosas. Competí con grandes entrenadores como Nico Fernández, Miguel Ángel Aranzábal, José Antonio, Pepe Peinado… También con Alejandro Martínez, que viene de la EBA. O Borja González este año. Seguro que me dejo muchos… Como tuve la suerte de competir para ascender también jugué contra equipos del Grupo C, el catalán, con entrenadores muy preparados y que luego lo hacen muy bien cuando suben de categoría, como Carles Durán. Hay mucha igualdad, quizás más que en otros grupos donde hay equipos más dominadores.
¿Y la Adecco Plata?
Ha cambiado mucho desde la primera Adecco Plata que yo estuve, en la temporada 2007/08. Había jugadores que ahora están en la ACB, equipos profesionales, grandísimos entrenadores… La EBA era un aprendizaje, pero en la Plata te haces entrenador del todo. El aterrizaje en 2007 fue una experiencia salvaje al enfrentarme con entrenadores históricos y con plantillas muy buenas. Ahora ha cambiado. Es una Liga más para jóvenes y de desarrollo. Los tres equipos que ahora están arriba tienen las tres plantillas más jóvenes. Ahora es una liga de proyección para llegar a la élite. Y hay varios ejemplos como Suárez, Vives, Barrera, Ventura, Diagné… Todo tiene sus ventajas e inconveniente. Antes y ahora.
¿Cómo valora el nivel de la Adecco Oro?
Es la culminación a la formación del entrenador nacional. Me parece una Liga muy rica tácticamente. Los entrenadores de la Oro salen preparados después para cualquier competición. Olmos, Valdeolmillos… los dos van a competir con sus selecciones en la Copa del Mundo en España. Casadevall, Gonzalo García, Jareño, Paco García, Aranzana… Para mí han pasado verdaderos maestros. Sería bueno que todos los entrenadores pudieran llegar. Creo que es una liga mucho de los jugadores. Las mejores plantillas suelen estar arriba, pero la figura del entrenador es clave. Otro ejemplo es Alejandro Martínez, que ha subido desde la EBA hasta la Plata, la Oro y la ACB. En Oro es una pelea continua los 40 minutos. No lo veo tanto en la ACB, donde parece que hay que esperar al tercer cuarto para que pase algo.
“LA SELECCIÓN ES LO MÁS GRANDE QUE ME HA PASADO EN LA VIDA A NIVEL DE BALONCESTO”
Logró cuatro ascensos, pero también conoció la cara amarga del deporte…
En Illescas descendimos siendo penúltimos. Al cabo de un mes el sponsor quebró. Comenzamos con ‘plantillón’ y en la quinta jornada quedaban siete jugadores. Cinco se fueron porque no cobraban. Pero fue una gran experiencia. El año del Alcázar me vino muy bien como entrenador. Me cortaron, pero también fue una gran experiencia. Te abre los ojos y hace plantearte lo que haces bien y mal. Hace tiempo en verano en una charla en Ibiza con José Antonio Camacho, él me dijo si alguna vez me habían echado. Le dije que no… “Pues hasta que no te echen no eres entrenador”, me dijo.
¿Qué recuerda de sus experiencias con la selección española en categorías inferiores?
La selección es lo más grande que me ha pasado en mi vida a nivel de baloncesto. No he sido nunca un gran jugador, ni he estado en un equipo importante de élite. Poder defender a la selección nacional y enfrentarte con los mejores equipos de Europa, para mí es lo más grande. Los cuatro veranos han sido la mejor experiencia de mi vida, pudiendo trabajar con los mejores medios y grandes entrenadores. Compartí vestuario con grandes jugadores que ahora están en Euroliga, como Abrines. A la selección vas a sumar, a aportar. Es un aprendizaje salvaje y el mejor máster para cualquier entrenador de este país.
Habiendo estado trabajando dentro, ¿cuáles cree que son las claves del buen funcionamiento de las selecciones nacionales?
Creo que sobre todo hay una cosa muy importante. En verano todo el mundo va con una voluntad tremenda de aportar. Todo el mundo lo da todo. Es importante elegir bien los grupos de trabajo. Y creo que eso se hace muy bien. Poner diferentes personalidades al servicio de un grupo es complicado y por la experiencia que tengo se está consiguiendo siempre. Además, el jugador español va muy bien preparado. Entiende mejor el juego que otros jugadores de otros países. Estos últimos años el deporte español dio un salto a la hora de competir. No sólo en baloncesto. También en fútbol, tenis… ha cambiado la mentalidad. El baloncesto lo ha hecho paulatinamente. La gente joven que viene desde atrás cree en su capacidad para competir. En la FEB se estudia mucho al jugador desde que es muy joven. Es un seguimiento brutal. Además, en los Campeonatos de España infantil y cadete, cuando vas a verlos ves que se trabaja muy bien. La FEB aprovecha todo este trabajo y lo canaliza. En la FEB trabajan los mejores, y no sólo entrenadores. También preparadores físicos, médicos, delegados, fisios… Es muy fácil trabajar ahí. En mi caso, como ayudante, me encontré un nivel buenísimo de otros ayudantes y por supuesto del entrenador. Todo ello hace que al final los resultados no sean casualidad.
¿Qué espera del Guadalajara hasta el final de esta temporada en la Adecco Plata?
Queremos seguir compitiendo. Me encantaría que nos mantuviéramos arriba el mayor tiempo posible. Creo que hicimos una primera vuelta fantástica. Trabajamos cada día para ver dónde está nuestro límite, siendo la nuestra una de las plantillas más jóvenes de la Liga.
Currículum de Javi Juárez:
Temporada 05/06Colmenar (EBA)
06/07Selección de Madrid (infantil)
06/09Illescas (EBA, Adecco Plata y Oro)
09/11Alcázar (Adecco Plata y Oro)
11/13Canoe (EBA)
Selección española (Europeo U18 y U20, y Mundial U19), ayudante
13/14Guadalajara (Adecco Plata)