VI MUNDIALITO DE LA INTEGRACIÓN
Tres historias alrededor de un balón de baloncesto
4/14/2013 - 7:52 PM
Juan, Jonas y Lucas. Tres participantes del VI Mundialito de la Integración. Tres formas diferentes de entender la vida. Tres historias en torno a un balón de baloncesto.
ÁREA DE COMUNICACIÓN FEB
El Mundialito de la Integración cumple cada jornada con su primer objetivo: el de relacionar a personas de diferentes nacionalidades alrededor de un balón de baloncesto. Hay partidos en juego, y mucha competitividad,… pero por encima de todo hay personas. De diferentes culturas, e incluso de diferentes raza y color… pero con una pasión: el basket.
Juan, agente libre en Polonia
Juan es el número 10 de la selección de Polonia. Pero también fue el número 12 de Marruecos. Y está dispuesto a recibir ofertas para el año que viene, después de perder los cuartos de final ante Suecia: “esto es una gozada. Hoy nos ha ganado Suecia, que son unos tíos estupendos. Muy duros, pero de una nobleza extraordinaria. Lo cierto es que ya conocía a la mitad de ellos” afirma. “Es mi cuarto Mundialito, y el primero con Polonia. Los tres anteriores los jugué con Marruecos. Pero conocí a gente polaca, se quedaron con mi teléfono y este año me llamaron antes que Marruecos. Ningún problema. Solo se trata de esperar la llamada y ver el prefijo internacional: ‘¿que si quiero jugar? Por supuesto’”
Está claro que para Juan la victoria no es lo más importante: “fíjate. He jugado tres años seguidos con Marruecos. El año pasado no pude jugar por una lesión… y quedan campeones. Me alegré un montón.” Acaba de perder un partido de cruces pero se encuentra encantado. Juan tiene las cosas claras: “a Polonia nos ha faltado un entrenador en el banquillo. Nadie ha querido hacer ese papel, y como ha habido buen ambiente en el equipo hemos hecho los cambios nosotros mismos. Para vencer este Torneo quizás sea necesario alguien en el banquillo que aporte más coherencia… pero así nos lo hemos pasado mejor.”
Lucas, un venezolano al mando de Marruecos
Es uno de los personajes más conocidos de este Mundialito. Un clásico del torneo que ejemplifica el crisol de razas en lo que se convierte año a año. Venezolano, casado con una boliviana, de abuelo español y residente durante varios años en Marruecos. Lucas no juega pero es el ‘alma mater’ del actual campeón. “El primer año fue un poco desastre, tanto deportiva como personalmente. Pero luego hemos ido formando un grupo maravilloso, con una mayoría de jugadores marroquíes, varios españoles, alguno de Cabo Verde y otro jugador más de Angola. Hemos conjuntado un equipo interesante y un grupo de amigos fantástico”.
Lucas fue el encargado de dar un discurso en la presentación del VI Mundialito en la Viceconsejería de Juventud y Deporte, como actual campeón del torneo, y ya expresó lo que significa para él este torneo. “Es estupendo poder jugar con gente de distintas nacionalidades… hoy hemos tenido enfrente a Ecuador con varios dominicanos. La verdad es que República Dominicana son tantos y tienen tanta calidad… que como no pueden hacer varios equipos exportan a otras selecciones.” Marruecos, con un título, y República Dominicana, con cuatro, son los grandes favoritos de este año, aunque Lucas pasa la presión a los rivales: “nosotros hemos sufrido mucho hoy con Ecuador. Tenemos tres jugadores lesionados, los tres bases, por lo que hemos tenido que cambiar nuestro juego. Suecia tiene un gran equipo… y la República Dominicana son muy buenos. Creo que ellos son los favoritos este año”.
Jonas, un sueco a 27 grados
Este domingo Madrid llegó a tener temperaturas de más de 25 grados. Demasiado para un sueco. Jonas acabó el partido ante Polonia exhausto, pero muy contento: “es el cuarto Mundialito que juego y la primera vez que llegamos a semifinales. Siempre nos hemos cruzado en cuartos o con República Dominicana o con Marruecos, que luego llegaban a la final. Este año hemos conseguido evitarlos y hemos podido pasar. Nos toca con Marruecos… y ya es hora de la venganza. Este año sí se puede”.
Jonas bromea con los jugadores de su equipo después del partido. Con algunos habla en sueco, con otros tiene que esforzarse para hablar en castellano, porque hay varios jugadores españoles, amigos o conocidos: “es difícil montar un equipo de baloncesto de Suecia en Madrid. Primero porque hay pocos suecos; y luego porque en mi país no hay una tradición importante de baloncesto. Pero aquí se trata de convivir e integrarse en la sociedad.” Y qué mejor forma de hacerlo que en un campo de baloncesto.