Duro, intenso y batallador en todos y cada uno de los apartados estadísticos, así es un Pep Ortega que atraviesa el momento más dulce de su carrera deportiva como capitán de un Ford Burgos con el que ansía cumplir su sueño de poder alcanzar la Liga Endesa. En su tercera temporada en el club, el interior catalán es uno de los jugadores más valorados de una Adecco Oro que comienza a quedársele pequeña.
PABLO ROMERO / ÁREA DE COMUNICACIÓN FEB
Tarde de domingo en algún lugar del centro de Burgos. Entre sus calles estrechas y profundas encontramos a un Pep Ortega que aprovecha su día de descanso para interactuar con una ciudad en la que cumple su tercera temporada y en la que acaba de recibir la noticia de su inclusión en el mejor quinteto de la jornada. Aprovechamos la tranquilidad del momento para tratar de conocer las impresiones de uno los jugadores más valorados de la Adecco Oro pero la el goteo incesante de aficionados -que no dudan en detenerlo para hacerle llegar su mensaje de ánimo- nos roba ese reducto de paz en el que Pep se siente cómodo.
La conversación comienza a dar sus frutos y el interior catalán tira de memoria recordando los momentos más destacados de una carrera llena de vivencias. Su DNI le acusa de tener 29 años pero sus recuerdos podrían formar parte de las memorias de un jugador retirado tras décadas de baloncesto. Sus inicios en el Sagrat Cor de Jesus, su llegada a las categorías de formación de la selección e incluso un 2002 de éxito con una U18 en la que compartiría habitación con Marc Gasol son algunos de los motivos que justifican una afirmación ratificada durante años de éxito en las Ligas Adecco.
O al menos así lo demuestra una pequeña vitrina en su casa materna en Vic. Allí, su madre Rosi Rubio, guarda y custodia los títulos de campeón de Copa Príncipe y Adecco Oro junto a una foto del equipo para sentir, un poco más cerca, a un hijo que se ha convertido con el paso de los años en todo un modelo de vida para ella. Una madre que vive con pasión cada encuentro de un Pep Ortega que la define como “muy sufridora” con las evoluciones de un jugador que crece día a día en la competición.
Con estos antecedentes profundizamos y buceamos en la vida de un interior que se ha convertido por méritos propios en uno de los mejores jugadores de una Adecco Oro a la que quiere dar un golpe definitivo a la búsqueda de su ansiado sueño, su debut en la Liga Endesa. Así late el corazón de Pep Ortega:
Una década de evolución constante:
Comenzó en el mundo del baloncesto con apenas 12 años y avalado por unos centímetros muy demandados en el colegio donde realizaba sus estudios. Poco a poco, Pep Ortega fue picándose con esto del baloncesto hasta que, casi sin proponérselo, llegó a verse inmerso en la disputa de mundiales y europeos con las categorías de formación de la FEB.
Rodeado de auténticos talentos como Marc Gasol, Rudy Fernández o Fernando San Emeterio daría sus primeros pasos en un baloncesto profesional en el que cumple algo más de una década. Un tiempo en el que nuestro protagonista ha podido crecer y evolucionar como jugador hasta el punto de romper con esos perfiles que hablan de él únicamente como un guerrero o un luchador de las canchas: “Por aquel entonces era un jugador aún por formar, apenas tenía confianza en mí tiro y mis 1x1 eran bastante rocosos ya que siempre concluía de la misma manera. Mi juego en ataque era bastante limitado hasta que, coincidiendo con mi llegada a LEB 2, comencé a pulir un mayor abanico de recursos ofensivos. El encontrarme con buenos entrenadores y con jugadores talentosos me ayudó a empaparme de su juego para tratar de ser un jugador más completo que pudiese aportar en todos los aspectos del juego”.
Un juego que iría ganando en riqueza y recursos gracias a la aportación de un buen número de interiores con los que compartiría pintura en sus diferentes equipos y que estaría marcado por un nombre en especial, el del dominicano Eulis Báez: “Ha habido muchos nombres, sobre todo en los comienzos cuando coincidí con muchos jugadores que me ayudaron a definir mi juego, desde Rico Hill en Sabadell a Andreu Matalí en Huesca pero, si me tengo que quedar con uno, ese es Eulis Báez. Él fue uno de mis referentes a la hora de trabajar en la pintura, siempre lo vi como un cuatro que tenía mucha facilidad para jugar en diferentes situaciones con una gran visión de juego, algo que no es muy normal en posiciones interiores”.
Pero el crecimiento de un jugador se matiza con la labor de unos técnicos que, desde el inicio del proceso formativo, tratan de pulir jugadores sacando lo mejor de ellos en cada momento. En ese sentido, Pep tiene claros cuáles han sido los nombres que han marcado su carrera: “Si de algo puedo presumir es de haber tenido grandes entrenadores que me han ayudado a calmar mi juego sacando lo mejor de mí. Miquel Domingo fue uno de los primeros en Vic y Jordi Balaguer uno de los que mejor recuerdo guardo tras mi paso por Huesca donde me enseñó el lado más bonito del baloncesto. Aunque si tengo que hablar de un entrenador que haya marcado mi carrera, ese es Ricard Casas; desde nuestro paso por la U20 antes de jugar el Europeo hasta el año que coincidimos en Girona siempre creyó en mis posibilidades dándome minutos y responsabilidad en ataque. Tanto él como su ayudante Dejan Kamenjasevic siempre me hicieron ver que el baloncesto consistía en aprender de los errores y por eso jamás me dijeron que no hiciera algo sobre la pista sino que me llevaron a ver qué cosas debía de hacer y qué cosas no. Actualmente, ya formado como jugador, Andreu Casadevall me ha ayudado con su exigencia a terminar de perfilar mi estilo de juego y a ser capaz de asumir responsabilidades aportando en todas las facetas”.
Y entonces, Ford Burgos llamó a su puerta:
Su gran temporada liderando desde la pintura al Girona FC (2010/11) no pasaría desapercibida para los conjuntos más potentes de la Adecco Oro. Andreu Casadevall sería el principal interesado en contratar los servicios de un jugador que llegaría a Burgos acompañado de su pareja de baile en la pintura gerundense, el croata Mateo Kedzo.
Juntos completarían un primer año de adaptación a la sombra de dos primeros espadas de la talla de Jerome Tilman y Darren Phillip y en el que Pep asentaría las bases que le llevarían a convertirse en uno de los hombres de referencia en el conjunto burgalés: “Mi llegada fue complicada ya que en mi último año en Girona me había sentido muy importante. Venía de tener mucho peso en ataque tocando muchos balones y asumiendo muchos tiros y, al llegar a Burgos, me encontré con un juego interior muy potente teniendo además la mala suerte de lesionarme lo que hizo que no llegara a encontrar mi sitio. La segunda temporada me ayudó a calmarme y a encontrar mi sitio, sobre todo gracias a la ayuda de Jorge García quien me ayudo a leer el juego y gracias también al buen ambiente de un vestuario que fue clave en la consecución de los títulos de Copa y Liga”.
Dos temporadas que concluirían con el doblete en la Adecco Oro y con un ascenso que no alcanzaría el puerto deseado. Las ofertas de otros equipos comenzaron a llenar su mesa a lo largo de un último verano en el que Ortega encontró la motivación perfecta para renovar su compromiso con un equipo con el que tenía una deuda pendiente: “A lo largo del verano me preguntaba dónde podría encontrar la motivación para seguir en Burgos hasta que un día me vino a la mente la Plaza del Ayuntamiento llena de aficionados el día de la celebración del ascenso; en ese momento tuve claro que este no era el lugar de un club que se merecía estar en ACB. A partir de ahí, aunque sabía que varios jugadores darían el salto, traté de convencer al mayor número de compañeros posibles para que siguieran y para tratar de subir al equipo al lugar que merece estar tras el trabajo que realizamos en la última temporada“.
Así comenzaría una temporada actual en la que Pep Ortega asumiría el “brazalete” de capitán junto a Jorge García en un vestuario plagado de caras nuevas y en el que la calidad tendría como objetivo ponerse al servicio del grupo, una complicada misión que ha encontrado al vigía perfecto: “Este año me toca asumir el roll de tener que tirar del equipo haciendo uso de esa visión de juego que he ido madurando durante estas tres temporadas. Estoy dejando a la gente más sola para que pueda tirar y generando más pases para que mis compañeros se beneficien de mi juego en forma de tiros liberados para tratar de involucrar a todos los compañeros en ataque; eso me hace sentir muy contento ya que entiendo que estoy cumpliendo con las funciones de un capitán haciendo que el grupo esté por encima del jugador”.
Una unión que se va evidenciando sobre la cancha en un equipo que se sobrepone a los problemas con las lesiones para mantenerse a un único triunfo de la cabeza de la tabla, un dato que lleva el optimismo hasta el interior del vestuario burgalés: “Sin lugar a duda, el ser capitán es una gran responsabilidad. Un capitán lo es dentro y fuera de la pista por eso no sólo intento ayudar al equipo a la hora de asumir ese juego rápido en ataque que nos pide Andreu y en el que se busque al jugador mejor posicionado sino que, además trato de ayudar a la gente en el vestuario para que se sientan a gusto en el equipo. Este año tenemos un grupo con muchos jugadores que vienen de ser referentes en sus equipos y que poco a poco van asumiendo un roll diferente como jugadores dentro de un equipo en el que todos somos importantes. La victoria ante Clínicas Rincón con 5 jugadores por encima de los 10 puntos son sin duda el mejor reflejo de que las cosas comienzan a salir como queremos”.
El deseo de la ACB en el horizonte:
Y es que, en la presente campaña, Ortega luchará por enésima ocasión, con tratar de alcanzar una Liga Endesa con la que ha coqueteado en las últimas temporadas pero… ¿fueron reales los rumores surgidos durante el último verano?: “Lo cierto es que sí, pero pasó como en los tres años anteriores… te llaman, te dicen que hay interés, pero no termina de haber una oferta en firme sobre la mesa para poder dar el salto. Esto te lleva a sentir cierta frustración ya que no sabes muy bien qué tienes que hacer para poder llegar a cumplir esa ilusión que sería el enfrentarte a equipos como el Real Madrid o el Barcelona. Después de varios años en equipos punteros en Adecco Oro con los que he conseguido todo me siento preparado para poder afrontar la Liga Endesa, así lo he sentido cuando hemos jugado amistosos contra equipos como el Cajasol pero en estos momentos no queda de otra que seguir peleando por esa oportunidad”.
Una oportunidad que se ha convertido en todo un reto para un jugador que tiene muy claro cuál debe ser su camino para alcanzar su sueño: “Sin lugar a duda, mi mentalidad esta temporada no es la de hacer números sino la de ayudar al equipo en todo lo posible para que podamos subir, esta vez sí, a la ACB. Tengo claro que ese es el principal camino para poder alcanzar mi meta y que haremos todo posible para hacerlo de manera directa ya que nuestra experiencia nos dice que el playoff es una lotería. Si lo analizamos fríamente, estamos a tan sólo una victoria del liderato y con toda una liga por delante para seguir creciendo como equipo”.
Así late el corazón de un Pep Ortega referente en una Adecco Oro en la que imprime su sello personal semana tras semana y en la que se ha convertido en el heredero perfecto para un Cid Campeador del que se ha contagiado de su espíritu. Sólo el tiempo dirá si el barco burgalés llega a buen puerto y si el interior catalán cumple su sueño. La respuesta, el próximo mes de mayo.
Estadísticas de la temporada -Pep Ortega:
Partidos jugados: 9
Minutos: 25,2 p.p.
Puntos: 12,1 p.p.
Rebotes: 7,6 p.p.
Asistencias: 1,7 p.p.
Recuperaciones: 1,8 p.p.
Tapones: 0,4 p.p.
Faltas recibidas: 2,3 p.p.
Valoración: 16,4 p.p.
Trayectoria deportiva - Pep Ortega:
Cat. Inferiores: Sagrat Cor de Jesus, CB Vic y Unió Manresana
2001/02: Joventut Badalona (Junior)
2002/04: Joventut Badalona (Liga EBA)
2003/05: Gijón Baloncesto (LEB)
2005/06: Akasvayu Vic (LEB 2)
2006/07: Imaje Sabadell Gapsa (LEB 2)
2007/08: CB Peñas Huesca (Adecco Plata)
2008/09: CB Prat (Adecco Plata)
2009/11: CB Sant Josep Girona (Adecco Oro)
2011/14: Ford Burgos (Adecco Oro)