Alex Cebrián, 35 años, otro nombre dentro de la fructífera escuela de entrenadores surgidos desde Aragón, desde esos clubes y colegios que forman tantos jugadores y jugadoras como jóvenes técnicos que se impregnan de la pasión que transmiten los referentes.
MIGUEL PANADÉS / ÁREA DE COMUNICACIÓN FEB
“Cada día siento más pasión por el propio juego y, sinceramente, menos interés por lo que sucede alrededor de la pista” reconoce Alex Cebrián, un joven entrenador que dirige actualmente al Mann Filter de Zaragoza y que hace diez años, a los 25 años, siendo un buen jugador de la liga EBA, tomó la decisión de vivir el baloncesto desde la exclusiva óptica del entrenador. “Recuerdo que siempre y no sé la razón, me fijaba más en los entrenadores que en los jugadores. Cuando acababa de entrenar me quedaba a ver los entrenamientos y observaba más que las acciones de los jugadores, cómo transmitían los entrenadores. Creo que sin ser demasiado consciente, yo ya pensaba más como entrenador que como jugador”. A los doce años Alex Cebrían ya formaba parte del equipo de entrenadores de la Escuela Compañía de María, cuna de tantos técnicos aragoneses. “Recuerdo a Conchi Navío, José Ereña, Pedro Neris, Javier Gutiérrez Barrachina, Willy Tisaire, Carlos Pardo, Carlos Iglesias… muchos entrenadores que fueron y son maestros no sólo de jugadores si no de otros muchos entrenadores. Esa Escuela estaba dirigida por el padre de Sito Alonso y lo cierto es que a mi me sirvió para aprender muchísimo viendo trabajar a muchos de sus entrenadores”.
Transmisión de experiencias, esa herramienta fundamental en la formación de los entrenadores y a su vez en la mejora de los procesos formativos de los jugadores. Alex Cebrián inició muy pronto ese apasionante camino que significa vivir el baloncesto como entrenador. “Por encima de la táctica y la técnica siempre me ha gustado fijarme en la forma de trabajar de los técnicos, en la metodología, en los ritmos de entrenamiento. A partir de esas enseñanzas uno va construyendo su propia personalidad hasta que llega un momento, por el nivel de los jugadores o jugadoras que entrenas, que empiezas a impregnarte de lo que aprendes de ellas. Todo esto me ha ido construyendo como entrenador para una vez consolidados muchos conceptos mantener una formación permanente, fijándome en lo que hacen los entrenadores de alto nivel, formándome en los Másters de Especialización, incluso buceando por Internet en busca de nuevas informaciones…”.
Obseso de la formación, de la mejora individual no sólo de las jugadoras que dirige sino de él mismo, Alex disfruta de esa pasión, profesión, vocación en la que convierte el oficio de entrenador. “Al baloncesto lo sustenta la pasión y los entrenadores nos movemos fundamentalmente por esa razón. En España hay miles de entrenadores de altísimo nivel que no son conocidos, que pasan desapercibidos y que sólo son reconocidos por aquellos jugadores o jugadoras que han tenido la suerte de tenerlos o aquellos entrenadores que hemos aprendido de ellos. Ahí está la clave de los éxitos del baloncesto español, en todos esos entrenadores denominados “invisibles” y que viven el baloncesto veinticuatro horas al día, sea o no su profesión”. Precisamente Alex Cebrián es uno de esos entrenadores que combina su labor como entrenador con su profesión en una empresa privada como Director de Administración. Y encuentra paralelismos que le sirven tanto en una actividad como en otra entendiendo el baloncesto y la empresa como vehículos que en muchos casos acaban convergiendo. “Los valores del esfuerzo, de orientación de objetivos, de motivación, de perseverancia son válidos en los equipos de trabajo, sean deportivos o de empresa. Incluso la forma de transmitir de los responsables sirve muchas veces como ejemplo para una posterior aplicación ya sea en el grupo de trabajo que diriges en una empresa o en el equipo de jugadoras que tiene que rendir en la pista”.
Entrenador Superior (Madrid 2005) y aunque en experiencias cortas y fugaces miembro de los equipos técnicos de las Selecciones Españolas. Conoce cómo trabaja la Federación Española desde su Área Deportiva y tiene muy claro el concepto “Método FEB”. “La fuerza del trabajo en equipo por encima de personalismos. Aprendí mucho en las concentraciones en las que estuve y aprendí tanto del trabajo al lado de un maestro como Miguel Méndez como de la organización de un trabajo perfectamente diseñado y adaptado a las necesidades de las jugadoras. Cuando vives una concentración de la Federación Española te das cuenta tanto del nivel de formación de las jugadoras como de los entrenadores que las dirigen. El Método FEB es, fundamentalmente, el respeto y reconocimiento absoluto al trabajo de muchas personas del baloncesto”.